lunes, enero 01, 2018

Procuro evitar la tentación de la cordura. La razón excluye la grandeza, evita conducirnos por caminos inciertos que puedan llevar a la gloria o al desastre. Nos dirige con cautela, alejándonos de lo mejor por miedo a perder lo bueno y nos hace cobardes para intentar siquiera aquello que pretendemos alcanzar. Por eso me he propuesto en adelante vivir sin pensar demasiado, lanzarme al vacío para experimentar nuevas sensaciones, dejarme llevar por mis impulsos y caprichos que, aunque puedan destruirme, son el único camino hacia la felicidad.

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