sábado, mayo 30, 2020

A veces es difícil hallar un punto de encuentro, una ocasión adecuada, un motivo eficaz para hacer lo que en realidad queremos. Aplazamos el deseo sin fecha, pues aún nos hace sentir culpables, y anteponemos cualquier otra cosa que nos haga creer que estamos cumpliendo con nuestro deber, aunque no sepamos muy bien quién nos lo impone ni para qué, mientras intentamos acallar la conciencia construyendo en el aire promesas que sabemos falsas. Enredados en la rutina voraz, nos dejamos llevar por el ritmo incesante de la jornada laboral que entierra en cal viva nuestros sueños. Nunca es momento para nosotros, siempre hay algo urgente llamando a la puerta que nos impide atender a nuestros planes y afectos. Nuestras agendas no encajan, el calendario apremia, las obligaciones nunca descansan y el tiempo nos embauca haciéndonos creer que algo de esto va a cambiar mañana. Y mientras tanto van pasando los días sin darnos cuenta de todo lo que perdemos, esperando coincidir casualmente, sin que hagamos nada por conseguirlo, e ignorando que no necesitamos ninguna excusa para hacer lo que nos dé la gana.


9 comentarios:

  1. No puedo opinar respecto a esta situación pues con la única persona con quien puedo encontrarme es conmigo misma.

    Saludos

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  2. Qué maravilla de escrito Bueno yo trato de no posponer la vida no es eterna
    te felicito por tu manera de unir las palabras

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  3. Es difícil no dejarse llevar por la rutina y las obligaciones.

    Besos.

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  4. Que lo urgente no olvide lo importante. Un beso

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  5. yo creo que ademas de tener esperanza hay que actuar, en algún lugar leí que la fe sin esfuerzo, no funciona. me gusta tu escrito, saludos

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