Tú mismo pones el limite, decides hasta dónde estás dispuesto a llegar y aunque te parezca inalcanzable siempre hay una buena ocasión para superarte. Porque no hay nada mas que te coarte, nadie viene a marcar tus fronteras sino tan solo tus propias dudas. Tú decides cuánto sacrificio vas a entregar, si merece la pena un nuevo esfuerzo o si has optado por mantener la inercia. No culpes a otras personas, cosas, azares, destinos… nada frena tus deseos sino el miedo al dolor que conllevan. Tú eres las medida de tus propios fracasos.
1 comentario:
Cuanta razón a todo lo que dices! Necesitaba hoy un poco de esto...
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