No tengo nada nuevo que ofrecerte. Conoces mis secretos casi mejor que yo mismo. No sé qué esperas de mí, no puedo venderte un futuro mejor ni brindarte consejos en los que no creo, pero aun así sigues regresando aquí cada noche a escuchar las mismas historias de siempre, mis lamentos reiterados una y otra vez, mis mentiras casi ciertas que apenas consuelan, y a mí me gusta que así sea. No me importaría seguir haciéndolo toda la vida.
1 comentario:
Hola, me gusta mucho lo que escribes. Este escrito en particular me parece un poco triste, no dejar una parcela privada para ti suena aterrador. En mi opinión en la pareja es fundamental tener un espacio propio e incluso, privado. Un saludo
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