Sé que tendría que olvidarte, que acostumbro a hacerlo con lo que no debo. Sé que he agotado todo mi crédito y que deudas así se cobran con intereses. Para mí no eres más que un error incómodo que pretendo negar ingenuo, un desvío hacia un callejón sin salida del que logré retroceder indemne, y ahora, cuando te creía ya pasado, resucitas como esa piedra con la que me obstino en tropezar mil veces. Procuro no pensar en nada que se te parezca,eludo las palabras que suenan como tu nombre, evito recorrer lugares donde podrías aparacer, pero cada empeño me acerca aún más a ti, dando vueltas a un universo esférico del que eres el centro para regresar al punto de partida. El olvido es caprichoso, absurdo, cuando menos lo esperas nos traiciona cambiándolo todo. Sé que tendría que olvidarte, y que estoy acostumbrado a ello, ya sé que suelo olvidar lo que no debo, pero cómo olvidar lo que debo.
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