En el fondo, tú y yo siempre fuimos tan sólo dos desconocidos. Dos personas se unen y conviven durante años y nunca dejan de ser dos extraños en la misma cama, aislados en su soledad sin conocer prácticamente nada del otro, resignados a no hallar aquello que les habían contado y que pretendían buscar sin tregua, mientras el amor se va extinguiendo apartado en lejanas regiones secretas. Siempre sospeché que llevabas una vida oculta para mí, que eras otra cuando no estabas conmigo, pero tenía miedo de averiguar la realidad. El tiempo que pasábamos separados era un misterio que no me atrevía a desvelar, como si temiera que hacerlo me habría revelado verdades perjudiciales que no era necesario conocer. Supongo que hay algo en lo desconocido que nos atrae eludiendo lo razonable.
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