A veces es sólo una palabra, un gesto fugaz, una imagen esquiva que no se deja atrapar, algo que me resulta familiar llama mi atención entre la gente hallándome desprevenido, para llenarme de recuerdos incómodos, personas que se fueron, momentos casi perfectos, y entonces alguien parece pronunciar tu nombre y me vuelvo como si tras él llegaras tú como un presentimiento, pero no te hallo, aunque eso no me entristece, porque te has convertido en un recuerdo más, una imagen pobre y disminuida de ti que no se hace difícil olvidar, provocando mi indiferencia, incapaz de despertar al deseo. Por eso hoy quiero pedirte perdón, si tan leve fue el amor como su olvido.
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