No tienes por qué mentir para quedar bien conmigo. De nada sirve ya, pues tus acciones dicen todo lo que tus palabras intentan en vano negar. Conozco tus intenciones aunque intentes ocultarlas. No necesitas fingir una consideración hacia mí que no demuestras. No soy tan ingenuo. No quiero tu compasión ni que pretendas una cortesía que solo oculta tu cobardía para decirme a la cara lo que piensas. Por eso prefiero que me digas la verdad aunque creas que puede doler, porque nada me duele más que tus mentiras.
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