miércoles, octubre 02, 2002

Llevaba aquí encerrado muchos días con una extraña melancolía de lo perdido, cuando lo perdido es todo.
Y sé que no puedo seguir así siempre, pero no sé qué hacer para salir de esta inercia.
Y de repente, cuando ya pensaba que no había nadie al otro lado del espejo, surge una voz susurrante que me reclama.
Después de dos mails de gente que no me conocía (gracias de todas formas), he recibido uno de alguien que cree conocerme. No entraré en intimidades. Igual se confunde, dice cosas demasiado buenas de mí para que sean ciertas. Quizás me haya conocido pero se haya llevado una impresión falsa de mí. Como todas las que nos hacemos de los demás.
Pero dice algo de un túnel que me ha llamado la atención. Algo que he debido contarle y me resulta familiar.
Y ahora, después de haber leído tu mensaje, me siento como si hubiera salido de ese túnel oscuro del que no veía la luz.
Pero ahora echo de menos mi túnel.

No hay comentarios: