martes, junio 10, 2003

La vida no es como nos la habían contado. Con frecuencia nos sentimos defraudados por la realidad. Las cosas buenas no son tan buenas ni las malas tan horribles como nos dijeron, nos movemos en una mediocridad insufrible, lejos de grandes alegrías ni de penas inconsolables. Puede que hay quien prefiera esto con tal de evitar un dolor excesivo, pero yo necesito escalar cimas aun con el riesgo de caer, soy un alpinista que no consigue salir del campamento base. Dónde están el cielo y el infierno prometidos, estoy cansado de este infinito purgatorio.


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