viernes, octubre 17, 2003

A veces me descubro buscando cosas que no quiero encontrar. Cosas que no deseo pero que persigo esforzadamente sin preguntarme por qué. Sin darme cuenta he llegado a este callejón sin salida ni marcha atrás, no sé cómo me vi envuelto en este sinsentido, seguramente por presión de los demás, por dejarme llevar inconsciente en la inercia de los días comunes que nos obligan a hacer algo que detestamos, por no saber enfrentarme a quienes me dicen lo que debo hacer, por creer que lo que ellos querían era también lo que yo quería, por preferir la comodidad de la senda marcada. Ya no sé lo que quiero ni lo que no quiero, supongo que como para todo hay días. Hoy me parece absurdo lo que ayer era genial, mañana renunciaré a todo esto que ahora digo. Quizás lo único que busco es una calma relativa, una firmeza suficiente en mis convicciones, una tolerable estabilidad en mis emociones. Aunque puede que todo eso sea muy aburrido.

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