lunes, septiembre 20, 2004

Como si todo fuera nuevo, abro ante mí un desierto y vuelvo a las viejas tareas pendientes anestesiando las heridas, vaciando mis bolsillos de memoria intento creer en mí como entonces solía, cuando aún no era yo y el recuerdo nada más que un juego sin pericia. Sé que sería incapaz de hacerlo pensando en las anteriores ocasiones, en las oportunidades perdidas, los momentos de euforia, los espejismos de felicidad, los fracasos reiterados, por eso tendré que hacer como si fuera la primera vez, quizás también la última, como si el pasado no fuera más que una historia que nos contaron, y volveré a intentarlo como al principio, fingiendo la ilusión furtiva de los comienzos, con una esperanza postiza, aunque me arriesgue a seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez.

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