viernes, abril 16, 2010

Si algo hemos aprendido es que a cada causa corresponde un determinado efecto, dentro de un estrecho margen de posibilidades. La experiencia nos enseña qué podemos esperar en cada momento, no queda opción para lo inexplicable, las carencias de los argumentos provienen sólo de la ignorancia o el olvido, todo responde siempre a la aplastante exactitud de las cifras, por más que tratemos de buscar alguna mínima desviación en los cálculos que nos permita modificar la trayectoria, rectificar la fórmula de nuestro fracaso para lograr la redención, sucede siempre lo inevitable. Y sin embargo, ante cualquier adversidad y sin ningún motivo, en secreto seguimos confiando en que al final ocurra algo diferente.

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