jueves, noviembre 30, 2017

A veces se me olvida que no tengo quince años, que no tengo ya edad para correr bajo la lluvia ni salir ahí afuera con el corazón en la mano ofreciéndolo a cualquiera a cambio de una sonrisa. A veces me desnudo ante algún extraño y luego me arrepiento de no haberme callado, y comprendo que no volveré a tener quince años, aunque duela aceptar que no habrá más veranos ni besos inexpertos ni mariposas volando y la vida tan solo un cruel desengaño. A veces recuerdo lo que es estar vivo y despierto enseguida con las manos vacías, lamentando haber sido tan solo un idiota que olvidó qué es la vida cuando tienes quince años.

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