jueves, enero 18, 2018

Nunca doy consejos. No opino de lo que le ocurre a los demás, pues desconozco todas sus circunstancias. Jamás me atrevo a juzgar a nadie por sus palabras o sus acciones, porque tal vez esa persona “no haya tenido mis mismas oportunidades”. Y tampoco estoy seguro de lo que yo haría en su lugar. Porque nadie conoce a nadie. Nadie es capaz de adivinar los verdaderos motivos del comportamiento ajeno, ni siquiera del propio. Por eso, solo te pido que me dejes equivocarme por mí mismo, que ya pagaré yo las consecuencias de mis errores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dar una opinión ante algo que se publica, es natural, lo que no lo es, es escribir algo, sin esperar que algo dentro de nosotros, los que te leemos se renueva, y hasta se desencadene.