sábado, junio 23, 2018

A veces uno se empeña en escapar de su prisión por la puerta equivocada. Elige el camino más difícil, despreciando las señales que le muestran la salida. Se empeña en llevar la contraria incluso a su propia conciencia, y rema a contracorriente como si no hubiera mañana. Reniego de las creencias comunes y hago oídos sordos a las voces que me indican el modo correcto de hacerlo todo. No sé por qué habría de seguir la senda marcada, yo hago mi propio camino, aunque me lleve a la nada.

1 comentario:

Ikana dijo...

A veces elegimos sin querer el camino más difícil para lograr las cosas