domingo, julio 01, 2018

No puedo dejar de sentirme como un viejo paraguas abandonado o cualquier otro objeto sin valor, olvidado en la oficina o en algún otro lugar, a por el que su dueño nunca regresó y al que no añoramos ni agradecemos por lo mucho que nos sirvió en un pasado. Algo tan insustancial y poco valioso que no merece la pena ir a buscarlo para rescatarlo así del olvido, sino que es preferible sustituirlo por otro más nuevo y mejor. Pasan muchas otras personas a su lado y ninguno decide llevárselo a casa, pensando que tal vez, si nadie ha ido a recogerlo, debe ser porque tenga algún defecto importante. Y aquí , en este rincón solitario donde un día me dejaste, abandonado e inúil, sigo esperando ansioso a que algún día regreses a por mí.

1 comentario:

Ikana dijo...

Sino, pues ábrete y echa a volar, para ir a ver mundo.