miércoles, julio 04, 2018

Tengo por costumbre devolver la confianza que me es concedida, en eso soy despreocupado y tal vez poco precavido. Puede que eso me haya llevado en ocasiones al desengaño, pero lo prefiero a la frialdad del recelo. Con las puertas cerradas te perderás visitas interesantes. Por eso dejo siempre abierta la posibilidad de un nuevo encuentro que remueva mis principios, alguien que aporte algo diferente a mi vida, con sus luces y sus sombras, aun a riesgo de que puedan ocultar la mía propia. No está exento de riesgos, pero merece la pena, solo hay que estar preparado para el fracaso y disfrutar del camino mientras dure, sabiendo que algún día también acabará.

1 comentario:

Ikana dijo...

La confianza da asco... a veces