domingo, octubre 06, 2024

A veces, me miro en el espejo y no me reconozco, y reniego de este vulgar personaje en el que me han convertido. No quiero ser uno más de esos farsantes que escriben informes en lugar de poemas, esos que se toman muy en serio a sí mismos y cumplen todas las normas por injustas que les parezcan, esos señores tan importantes que usan corbatas y portan estandartes, los que presumen de lo que carecen, los que nunca se arrepienten, los que siempre aciertan y están orgullosos de ser quienes les han dicho, un simple funcionario que se limita a cumplir la tarea encomendada, sin protestar jamás, pues respetan a la autoridad más que a sí mismos y tienen más miedo al castigo que ganas de la recompensa. Tan solo quiero seguir siendo el niño que soñaba que lo imposible llega mañana, un inconsciente que se lo juega todo porque ha venido a jugar. Quiero reírme a carcajadas frente al espejo, pasarme de la raya hasta borrarla y romper todos los contratos que alguna vez firmé, incluso sin querer y sin darme cuenta. Aunque no encaje en este mundo ridículo, aunque todos me señalen al pasar, aunque se burlen de mí en privado y me lapiden en público. No quiero ser más que quien siempre fui, un loco en la colina aullando a la luna a quien nadie escucha y a nadie importa.


 

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