En realidad luchas por que alguien te diga que está bien lo que estás haciendo. Todos mis esfuerzos van encaminados a obtener el reconocimiento de los demás, como si necesitara su validación para justificar lo que hago y lo que siento. Me lamento cuando mis modestos logros pasan desapercibidos, considero el silencio como un clamoroso fracaso, pues lo único que busco es una palabra de apoyo, un gesto de aprobación, un abrazo o un beso. Porque lo que no se ve no existe, lo que no te valoran no sirve, como un árbol que cae en mitad del bosque sin que nadie lo escuche, como un grito en el desierto. El festín no está completo si no es en compañía, sin el aplauso del público la obra no tiene sentido. Sé que es ese mi problema, esta brutal carencia que me hace dependiente de la mirada ajena y que no importa el éxito o el dinero, pues todo lo que hacemos lo hacemos solo para que nos quieran.
1 comentario:
Así es. El silencio es lo peor. Te sigo.
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