martes, diciembre 31, 2002

Aquí estamos un año más celebrando que somos más viejos, que nos queda menos tiempo para hacer posibles nuestros sueños y que no hay nada especial que celebrar.
Estas fechas suelen ser propicias para echar la vista atrás y reflexionar sobre lo vivido. Intentar aprender de lo que pasó para repetir lo bueno y no caer en los mismos errores, aunque luego nunca sepamos cómo hacerlo. Son tiempos de buenos propósitos, de grandes proyectos, de inmejorables intenciones que apenas duran unos días, semanas a lo más y que pronto tiraremos a la basura como un juguete roto o anticuado.
Y lo sabemos, pero hacemos como si no, nos engañamos para creer que aún estamos a tiempo de todo, que en los próximos 365 días se cumplirá lo que no lo hizo en tantos años perdidos. Tampoco está mal tener un poco de ilusión, buscar una excusa cualquiera para romper con todo lo malo del pasado, con la monotonía y el desencanto e iniciar un camino diferente lleno de luz.
Que el nuevo año sea una nueva oportunidad para comenzar.
Aunque todos los días lo son, pero parece que no queremos darnos cuenta.
Feliz día, como todos.

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