sábado, enero 11, 2003

La pérdida de un pequeño elemento que hasta entonces ni siquiera valorabas suficientemente puede trastocar tu mundo de manera decisiva.
Un día despiertas y ya no está ahí, te preocupas pero piensas que volverá, que todo acaba volviendo. Pero pasan los días y la espera empieza a hacerse insoportable. Comienzas a ponerte nervioso, a preguntarte dónde estará y eso que a otros podría parecer insignificante (incluso a ti mismo te lo parecía hasta entonces) se revela como algo muy importante en tu vida, que desde ese momento es más triste y vacía.
No me canso de esperar a que todo sea como antes. Pero duele tanto esperar...

No hay comentarios: