A veces pienso que nunca hago nada si no va a tener recompensa, si nadie me lo va a agradecer.
Por eso quizás llevaba tantos días alejado de este diario, dando vueltas perdido por los mismos obsesivos lugares que nunca me llevan a ningún sitio, intentando sacar algo en claro, pero no obtuve respuestas, sólo más preguntas, como para qué vengo aquí, acaso tengo algo que decir?.
Supongo que todos tenemos la necesidad de decir algo, de expresarnos y comunicarnos, aunque no tengamos nada demasiado original ni importante que decir.
El caso es que necesitaba un estímulo que me motivara a volver aquí. Nunca pido mucho. Sólo unas palabras, como esas que tan alegremente derrochamos cada día. Un simple mail como el tuyo es suficiente premio para mí. Gracias.
Pero sé que tengo que replantearme esta interesada actitud mía, empezar a hacer las cosas sólo porque me apetezca, sin esperar nada a cambio. Aunque siempre pienso que eso es lo que debería hacer y me creo en el buen camino, luego acabo cayendo en el mismo error, y le echo la culpa a esta nuestra querida sociedad de consumo que tan bien nos enseña a venderlo todo y no ofrecer nada gratuitamente, pero en el fondo son sólo excusas para no sentirme culpable.
De todas formas me vendo barato, sólo busco un poco de comprensión y un gesto amable que me inspire confianza. Cosas tan difíciles de hallar hoy en día...
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