viernes, mayo 30, 2003

Confieso que a veces miento, que no todo lo que escribo es cierto, que me dejo llevar por las palabras por caminos que no conozco a lugares donde nunca he estado, que prefiero una bella mentira a una verdad no tanto, que finjo que es dolor el propio dolor que siento, que me gusta imaginar casi tanto como vivir, que me escondo detrás de máscaras que me defienden del exterior, que mi vida es menos interesante de lo que presumo, que no soy yo siempre el que escribe con mi mano.
Pero a veces, al leerlo todo de nuevo, me doy cuenta de que todas esas mentiras, máscaras y ficciones dicen más de mí que las cosas supuestamente reales y que sólo cuando me disfrazo me muestro tal como soy.

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