martes, junio 03, 2003

Alguien me aconsejó un día: Cuando algo va mal actúa con normalidad, si empieza a llover no abras el paraguas, si hace calor no te quites la chaqueta, así te convencerás de que todo está bien, de que no llueve y no asfixia el calor. Eso trato de hacer ahora, aparentar que el mundo sigue en su sitio aunque siga sin saber dónde es eso. Intento demostrarme a mí mismo que no hay motivos para la tristeza, que el pesimismo es sólo un capricho injustificado de mi mente, me río de mis propios chistes, animo todas las fiestas y me dedico a consolar a quien está decaído. Por eso cuando más alegre me veas desconfía de mi sonrisa y piensa que estoy atravesando por un mal momento. Pero a veces, cuando llega la noche y me encuentro solo en casa, no puedo evitar que se derrumbe toda esa fachada y lloro hasta agotarme.

No hay comentarios: