jueves, enero 11, 2018

No solo la política, como decía Cánovas, sino la vida es el arte de lo posible. Consiste básicamente en maniobrar en función de las, casi siempre escasas, opciones que nos plantea para elegir aquella que nos resulte más agradable. Es inútil plantearse metas mayores, soñar con lograr todo lo que deseamos, pues casi nunca la realidad las pone a nuestro alcance. Por eso hay que conformarse con lo que se nos ofrece, moverse con habilidad en el estrecho callejón por el que nos permite el paso, negociar cada día con ella para llegar a pequeños acuerdos e intentar que el resultado no se aleje demasiado de lo que querríamos si se nos permitiese actuar en todo momento según nuestros deseos. Lo que está claro es que soy un pésimo negociador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Si puedes pensarlo, puedes conseguirlo", solo hay que seguir, insistir para persuadir.