domingo, julio 08, 2018

He hecho todo lo que mis padres me prohibieron, me he apartado del camino que ellos trazaron y no he conseguido ser feliz. Como todo buen hijo que se precie, he huido de sus consejos, he experimentado por mí mismo y he incumplido todas mis promesas. Tal y como se esperaba de mí, he defraudado las expectativas, he abandonado su fe y he abrazado creencias estériles que no me condujeron a ningún sitio. Soy todo lo que ellos despreciaban, lo más opuesto a sus propósitos, un extraño que lleva su nombre. Y ahora, con el paso de los años, al comprobar lo lejos que estoy de aquello que quería ser, después de haber renegado tanto de sus enseñanzas, me doy cuenta de que tal vez, aunque a su manera torpe y sencilla, en el fondo mis padres tenían razón.

2 comentarios:

Una Chica del montón dijo...

Pues si,a veces no nos damos cuenta pero nuestros padres siempre hacen lo mejor que pueden en enseñarnos los valores de la vida y aunque siempre estemos a regañadientes con las cosas que nos dicen a la larga nos damos cuenta de que llevaban razón ... ¡Buena reflexión!

Ikana dijo...

Por algo son padres