sábado, junio 15, 2019

No sé muy bien de qué va esto, si se trata tan solo de intentar quedar por encima de los demás sin importar el daño que hagas y de creer que tú marcas las leyes del universo y que todos están equivocados. Me siento desubicado, extraño, ajeno a todo lo que contemplo, incapaz de entender cómo funcionan las cosas a mi alrededor, perdido entre rumores asesinos y loco por perder el sentido común que se nos impone. No quiero formar parte de algo que no siento como propio, no quiero llegar a acostumbrarme tanto a una realidad vulgar que rechazo hasta convertirme en algo que no soy ni deseo. Me niego a reconocer la derrota e hincar la rodilla ante la dictadura de lo normal. No acato leyes en las que no creo. Mi vida, mis normas. Soy yo quien decide lo que está bien o mal, la medida de todas las cosas, el único juez válido para mis errores, alfa y omega, causa y efecto, origen y destino. Ser distinto no es estar equivocado, discrepar no debería ser un problema. No eres débil por reconocer tus defectos, pero no caigas en el error de considerar defectos tus diferencias. No son mejores los que se creen mejores. Nada es verdad ni mentira porque lo diga mucha gente o incluso así lo crean todos. No tienen razón las mayorías, ni siquiera las absolutas o cualificadas. Sospecho de la unanimidad. No eres mejor por tener más seguidores ni peor por no actuar como otros esperan que lo hagas. No tienes que responder ante nadie de tu comportamiento. Lejos de someterme, defiendo la diferencia, el orgullo de ser raro, peculiar, único. Y aunque a veces estoy tentado de hacerlo, no voy a dejar que consigan que no me guste a mí mismo.

1 comentario:

Susana dijo...

No te p43ocupes. No eres el único en discrepar. Un beso