miércoles, junio 12, 2019

Nos dicen que nos conformemos, que nos acostumbremos a vivir con lo poco o mucho que tenemos, que no aspiremos a más y reconozcamos nuestras limitaciones, que debemos sentirnos afortunados y no aspirar a metas inalcanzables si no queremos que nuestros sueños acaben convirtiéndose en pesadillas. Hay que saber renunciar y parar a tiempo, aseguran, no forzar puertas cerradas ni pretender saltar muros infranqueables. No piedas el tiempo ni las fuerzas en empeños inútiles. Pero yo no quiero resignarme a esto, a quedarme para siempre en este rincón vulgar e incompleto del mundo que habito. Nunca estoy satisfecho y siempre ando buscando un lugar mejor adonde ir, conquistar aquello que deseo aunque no necesito, reincidir en el exceso para no quedarnos cortos. Porque no solo de necesidades vive el hombre, sino también de sueños e ilusiones que solo luchando podrán algún día hacerse realidad.

1 comentario:

Susana dijo...

La ambición está bien si es realista. Un beso