jueves, octubre 02, 2025

No sé por qué siempre queremos lo que no nos conviene. Insistimos en llamar a puertas equivocadas, nos enganchamos a lo más nocivo, atraídos por el resplandor del fuego que acabará consumiéndonos. Constantemente me propongo dejar de hacerlo, alejarme de aquello que me hace daño, huir de la tentación del abismo, pero siempre acabo cometiendo de nuevo mis errores favoritos. Porque no importa lo que queramos, volveremos a caer una y otra vez en la trampa, dejándonos engañar por el mismo truco barato, porque no está en nuestra mano elegir cuando se trata de lo prohibido. Tal vez sea una cuestión de orgullo, como si se tratase de un reto ante el que no estamos dispuestos a rendirnos, aunque nos cueste la vida. Lo que nos hiere nos atrae, nos hacemos adictos al dolor que nos provoca, nos maltrata, nos humilla, nos vacía, y aun así, seguimos deseando lo que no está a nuestro alcance.


 

No hay comentarios: