sábado, diciembre 21, 2002

Me veo aquí empeñado en batallas perdidas, buscando cada día quimeras, y me parezco ridículo y absurdo.
Intentando recuperar cosas enterradas, cuando de todo hace demasiado tiempo y nosotros no somos aquellos que fuimos; incapaces de recobrar la fe perdida, por más que nos empeñemos en repetir los mismos gestos, en recorrer los mismos caminos, para hallar algo que no existe más que en el olvido.
Lamentarnos de lo perdido es saber muy poco de la vida.
Jugar una partida cuyas reglas ignoramos o no queremos aceptar.
Pero el juego continúa sin piedad aunque tú no sepas a qué estás jugando.
Y nadie gana nunca la partida.

No hay comentarios: