miércoles, enero 22, 2003

A veces esperas algo con demasiada ansiedad, los días se convierten en un mero tránsito que hay que recorrer hasta llegar a ese momento soñado y todo lo que haces está en función de ese objetivo.
Miras a tu alrededor y no te gusta nada de lo que ves, piensas en tu vida y te sientes vacío, pero luego recuerdas esa ocasión especial que ansías y sientes que todo el dolor merecerá la pena si puedes alcanzarlo algún día.
Pero muchas veces no llega lo que esperabas y tu mundo se derrumba inevitablemente. Todos tus esfuerzos y sacrificios dejan de tener sentido y te sientes desfallecer.
Lo bueno del ser humano es que pronto encontramos algo nuevo que esperar, pensamos que la meta sólo estaba un poco más lejos de lo que creíamos y todo vuelve a comenzar, tampoco nos queda otra opción. Se trata de tener siempre algo que esperar del futuro, si no cómo soportaríamos esta mediocridad absoluta en la que nos deslizamos sin hacer ruido, como si nunca hubiéramos existido.
Cuándo llegará el momento en que dejemos de esperar. Aunque no sé si quiero que llegue. Puede que luego nos decepcione y que lo mejor, como siempre, sea el camino.

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