lunes, mayo 26, 2003

No me importan tus palabras, puedes decir lo que quieras, yo ya sabía que tú no ibas a ser aquella que yo inventé una vez, cuando aún no sabía que la imaginación es peligrosa y la soledad una enfermedad incurable, no te culpo, tampoco yo soy como pensaba, ni siquiera un esbozo, y es que siempre me tuve en alta estima, sobrevalorando cualidades dudosas, desdeñando defectos innegables. Y es que el futuro ya no es lo que era, nunca lo fue y no lo supimos. Yo, ya me ves, aquí perdiendo el tiempo como si no importara, tú entreteniendo a la vida con trucos baratos, esperando algo que no sabemos qué es, sólo que no se parece en nada a esto, engañándonos con mentiras poco/nada creíbles. Así que puedes seguir hablando como si yo no estuviera, porque estoy más del otro que de este lado, y no me duelen las palabras que son necesarias, aunque sean verdad, aunque casi puedan serlo. Mañana todo seguirá igual, pasado peor, no importa, el tiempo no cura nada, pero alivia los síntomas, así que sigue diciéndome que soy lamentable, o cómo eran tus palabras, ah sí, un desastre, a veces pienso que eres demasiado benevolente conmigo, tendrías que oírme insultándome a mí mismo. Mientras tanto voy a por algo de beber a la cocina, ¿te traigo algo?

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