domingo, julio 13, 2003

Al final alguien accedió a entregarme la receta de la felicidad. Cuando fui a comprar los ingredientes me dijeron que no les quedaba nada de eso. Así que tuve que conformarme con buscar sustitutos que han acabado dando una extraña mezcla poco parecida al original. Pero por ahora esto es lo que hay y después de todo, el resultado tampoco sabe nada mal.

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