viernes, junio 04, 2004

Ando un poco con las ilusiones decaídas. Intento cada día aproximarme un poco más a la resignación, evitar intentar imaginarme un futuro que no logro averiguar. Cómo convencer a los demás de que no soy el culpable de mis fracasos si ni siquiera yo estoy seguro. Quizás el problema es pensar demasiado en otros, sentirme constantemente en deuda, caminar con la cabeza baja. Demasiados caminos que no llevan a ninguna parte, demasiadas mentiras instituidas como ciertas. Queda muy poco tiempo y esta vez no voy a ser tan ingenuo de creer lo que me dijeron entonces, que a veces es mejor perder que ganar, que hay victorias indeseables, yo por si acaso intentaré el triunfo, ya habrá tiempo después para consuelos estériles y vanas reflexiones. Mientras tanto pasan los días hundido entre montañas de papel que aplastan el deseo, conjurando por una vez a la memoria y maldiciendo al olvido. Desde aquí nada parece importante, nada definitivo... Y encima este calor repugnante que no deja creer en nada.

No hay comentarios: