viernes, enero 19, 2024

Puedes enojarte y rechazarlo todo, como un niño pequeño que se enfada y se lleva la pelota, o aceptarlo y tomar lo que hay, pero el rechazo y la rabia no harán que nada cambie. Seguro que no es como te gustaría que fuese, seguro que tiene mil defectos (quién no), tal vez ni siquiera entraba en tus planes y nunca imaginaste tener algo así, pero las cosas no son como tú quieres que sean, ni tú tampoco. Es normal que al principio tu reacción sea negativa, que pienses en abandonar y tirarlo todo por la borda, que creas que no merece la pena ni el dolor, pero con el tiempo comprenderás que es mejor tomar lo que está a tu alcance, por pequeño e insignificante que en un principio te parezca, y empezar a apreciar su valor inigualable, que casi nunca podemos elegir y que si esperas a que todo sea perfecto no harás nunca nada y te quedarás solo. Porque no existe lo que buscas, no hay paraísos con fuentes de vino desbordantes, no existen las verdes e infinitas praderas ni jamás hubo once mil vírgenes, no es real lo que te prometieron y la vida se te escapa sigilosa mientras persigues quimeras sin tiempo para el lamento. Deja de luchar contra ti mismo y contra la realidad, es inútil y agotador, pues ya lo decía aquel: sueños son.


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