A las puertas del infierno de Dante una inscripcicón dice así “Abandonad toda esperanza”. Porque el infierno es eso, la absoluta falta de esperanza. Puedes estar abatido, hundido en la mayor desolación posible, pasando por un momento realmente duro, pero la esperanza de que algún día saldrás de ahí te hace seguir adelante y luchar por conseguirlo. El problema es cuando ya no te queda ni siquiera la esperanza de que algo vaya a cambiar, ya lo dice el refrán, entonces lo has perdido todo. No hay motivo por el que levantarte cada mañana de la cama. Sabes que deberás pasar el resto de tus días en este lugar sin luz y que nada de lo que hagas podrá cambiar tu situación. Entonces lo mejor es acabar con todo, porque estás muerto y te arrastras como un zombi sin sentido, perdido en un mundo hostil, en tu particular infierno del que nada puede ya salvarte.