viernes, junio 29, 2007

Cuentan que Hernán Cortés quemó las naves para no tener más opción que seguir adelante y evitar así la posibilidad de dar vuelta atrás. A menudo suelo pensar en hacer lo mismo, eliminar los lazos que me unen al pasado para seguir en una sola dirección, sin titubeos ni retrocesos. Es arriesgado y habrá quien lo juzgue insensato, pero las cosas que nos unen al pasado son las mismas que nos impiden avanzar. Tantos objetos inútiles que guardamos, números de teléfono en la agenda que hace tiempo no utilizamos, tantos recuerdos que nos hacen estar constantemente añorando un pasado al que seguramente idealizamos sin motivo. Pero soy demasiado cobarde, al final acabo conservándolo todo, no me atrevo a quemar mis naves, a tirar a la basura todo aquello que ya no necesito, a olvidar todo lo que entorpece mi camino, a romper para siempre con un ayer opresor, sin darme cuenta que haga lo que haga ya no existe la posibilidad de volver atrás.