martes, diciembre 31, 2002

Aquí estamos un año más celebrando que somos más viejos, que nos queda menos tiempo para hacer posibles nuestros sueños y que no hay nada especial que celebrar.
Estas fechas suelen ser propicias para echar la vista atrás y reflexionar sobre lo vivido. Intentar aprender de lo que pasó para repetir lo bueno y no caer en los mismos errores, aunque luego nunca sepamos cómo hacerlo. Son tiempos de buenos propósitos, de grandes proyectos, de inmejorables intenciones que apenas duran unos días, semanas a lo más y que pronto tiraremos a la basura como un juguete roto o anticuado.
Y lo sabemos, pero hacemos como si no, nos engañamos para creer que aún estamos a tiempo de todo, que en los próximos 365 días se cumplirá lo que no lo hizo en tantos años perdidos. Tampoco está mal tener un poco de ilusión, buscar una excusa cualquiera para romper con todo lo malo del pasado, con la monotonía y el desencanto e iniciar un camino diferente lleno de luz.
Que el nuevo año sea una nueva oportunidad para comenzar.
Aunque todos los días lo son, pero parece que no queremos darnos cuenta.
Feliz día, como todos.

domingo, diciembre 29, 2002

Adoptamos papeles ingenuamente casi sin darnos cuenta, al principio como un juego, luego nos lo vamos tomando en serio poco a poco hasta que el personaje se nos va quedando pegado a la piel y ya es imposible distinguir actor y máscara. Aunque no nos guste nada ese papel que representamos y no se parezca en nada a ti.
El peligro es creerte tus palabras, meterte tanto en el papel hasta que él se mete en ti y no sabes cómo sacarlo afuera. Tú mismo te colocas la etiqueta con que te juzgan, eres el culpable y la víctima. Pero da igual, ese u otro, alguno había que adoptar y aunque este te parezca insufrible sabes que podría haber sido peor.
Sí, ya, quien no se consuela es porque no quiere. Pero por qué deberíamos querer.
A veces me dicen “No pensaba que fueras así. Nunca me lo habría imaginado. Pareces tan diferente...”, ya, ni yo, ni que ese actor famoso fuera un cabrón, ni que un ídolo de la infancia fuera estúpido, ni tantas cosas tan diferentes de lo que aparentan. También los humoristas lloran por la noche y yo me llevo grandes sorpresas con la gente que creía conocer.
Todo son máscaras. Este mundo está lleno de apariencias que ocultan cosa muy distintas.
Pido perdón por esas ocasiones en que os he defraudado, sé que suelo ser el peor personaje de mi repertorio.

viernes, diciembre 27, 2002

Cuando el mundo es más oscuro y el deseo carece de sentido,
cuando tienes ganas de tirarlo todo,
de ceder al empuje del desencanto,
ahogarte en la profundidad de tu dolor
y pensar que nada valió la pena,
cuando crees que murió la luz
y te sientes desfallecer sin consuelo,
prende caprichosa una llama al fondo
y todo vuelve a renacer con más brillo que antes,
porque sólo haber perdido da valor a la victoria,
sólo porque hay dolor existe la alegría.

jueves, diciembre 26, 2002

Murió Hierro y la poesía está hoy huérfana, las palabras visten de luto y el mundo es un poco más feo.
Los grandes poetas son aquellos que nos hablan siempre de nosotros mismos, sea cual sea tu situación encuentras en ellos un verso que habla de ti.
Lo hace también del amnésico, gracias a él sé que “He de recuperar la realidad / en la que yo no sea intruso”, él sabía cómo me siento, “como si alguien hubiese antes vivido la vida que lleváis en vuestros cuerpos”, y me veo reflejado cuando escribe “Yo estoy con el olvido cara a cara luchando”, esta lucha cotidiana en la que lamento lo perdido pero lo acepto, porque sé que no hay futuro sin olvido.
Y conoce lo que ocurre cuando pienso en ti: “Yo sé que te he querido mucho, pero no recuerdo quién eres”.
No me gustan esos homenajes que se hacen cuando alguien muere, llenos de palabrería vana y boato, yo le rindo mi propio homenaje releyendo sus versos esta noche y haciéndolos míos, porque sus palabras son ya de todos.
Sólo quiero darle las gracias por haber escrito las palabras que yo necesitaba, por haberme dado de beber cuando tenía sed y haberme provocado sed cuando no la había. Tú también puedes buscar en su obra ese verso que parece haber sido escrito sólo para ti.
Murió Hierro y ya es inmortal.

miércoles, diciembre 25, 2002

¿Qué os parece si volvemos a la normalidad?
Olvidamos que es Navidad, que no entendemos nada de lo que vemos a nuestro alrededor estos días (bueno, casi nunca entendemos nada, pero ahora especialmente) y nos hacemos a la idea de que hoy es un día normal. Ummm, cómo me gustan los días normales. Esos en que te gusta quejarte de que el despertador suena demasiado temprano, en los que tienes sueño después de comer, en los que estás deseando salir de trabajar para hacer lo que te dé la gana con tu tiempo, esos en los que puedes salir a correr sin que nadie te llame loco (o no demasiado), en los que no te sientes culpable ni raro si no haces lo mismo que todos.
Aún resuena en mis oídos el estruendoso ruido de anoche y en mi interior todavía se remueve el poco alcohol al que no supe o no pude decir que no ante la insistencia de quienes no me conocen ni me quieren.
Así que pensaré que hoy es sólo miércoles, sin más apellido.
¿Alguien se viene a pasear tranquilamente como un día normal más?

martes, diciembre 24, 2002

Sí, yo también empiezo a estar harto del amnésico. Siempre quejándose, siempre deprimido, siempre dando por culo con sus paranoias...
Por qué no me decido a mirar hacia delante sin excusas. Vale, yo soy amnésico, pero otro es ciego, otro obeso, otro feo y otro parado, y no por eso tienen que estar todo el día recordándolo.
Y mucho menos cuando es algo tan poco importante. Quién no es más o menos amnésico.
Quién no echa de menos su pasado y siente no poder recordar cosas que le gustaría.
Pues eso, basta de lamentarse.
Basta de llorar.
Basta de estar triste, coño.
Quién me creo que soy para estar triste por tonterías con las desgracias que vemos cada día por ahí.
Eso es muy simple y demagógico, pero no por ello deja de ser verdad. Es lo que tienen las cosas sencillas, que contienen más verdad que ninguna otra.
Y encima dicen que estamos en Navidad. Bueno, mejor dejemos eso aparte porque si no voy a volver a ponerme patético.
Parece que hay que estar alegre por obligación en estas fechas, pero no me apetece nada, quizás sólo por llevar la contraria.
Las fiestas son sólo días en los que la gente se pone de acuerdo para engañarse a sí mismo y a los demás, olvidarse por un rato de todas sus miserias y hacer como si nada ocurriera. Yo sé que debería estar alegre o al menos parecerlo, al fin y al cabo, parece que todo me va bien, que he salido del pozo (qué topicazo me he cascao, toma ya), pero lo siento, hoy no me sale. Mañana será otro día (jaja, y van dos, ¿o eran tres?). ¿Te imaginas que no lo fuera? Qué putada, no? :S

domingo, diciembre 22, 2002

Sí, puede que sea hora de abandonar la tristeza, encerrar la pena en el desván y no subir a visitarla.
Puede que deba comenzar a caminar hacia el futuro y amar cada uno de los pasos que dé.
Tenderme al sol desnudo en la gloria de la hierba húmeda y sentir cada instante como si fuera el primero y el último, como si nada existiera más allá de nosotros, de aquí y ahora en que somos eternos, de este momento dichoso en el que estas palabras que tiendo hacia ti como puentes nos unen a través de la distancia y el tiempo y provocan este encuentro imposible que tanto ansío.
Salir juntos descalzos al mundo como si no importara nada hasta que de verdad no importe.
Y mojarnos la vida con todas las lluvias

sábado, diciembre 21, 2002

Me veo aquí empeñado en batallas perdidas, buscando cada día quimeras, y me parezco ridículo y absurdo.
Intentando recuperar cosas enterradas, cuando de todo hace demasiado tiempo y nosotros no somos aquellos que fuimos; incapaces de recobrar la fe perdida, por más que nos empeñemos en repetir los mismos gestos, en recorrer los mismos caminos, para hallar algo que no existe más que en el olvido.
Lamentarnos de lo perdido es saber muy poco de la vida.
Jugar una partida cuyas reglas ignoramos o no queremos aceptar.
Pero el juego continúa sin piedad aunque tú no sepas a qué estás jugando.
Y nadie gana nunca la partida.

viernes, diciembre 20, 2002

Aunque a veces pensemos que no podríamos vivir sin tal o cual cosa, al final siempre lo hacemos.
Nos adaptamos a cualquier situación, nos cuesta más o menos pero acabamos asumiendo la pérdida. Vale, puede que algunas dejen un vacío que nada cubre, pero aun así seguimos levantándonos cada mañana para hacer las absurdas tareas inútiles que nos han asignado y el dolor se hace algo cotidiano que no quema tanto.
El hombre es el animal que mejor se adapta a la naturaleza y a las circunstancias. Es un ser sin atributos, pues nada de lo que le conforma es propio, sólo diversos disfraces que adopta para aclimatarse al ambiente.
Ya ves, yo también debí pensar que no podría vivir sin recuerdos y aquí me ves, aunque llamar a esto vida es algo muy generoso. Pero hoy me siento generoso.
No podría vivir sin ti, decimos. Mentira. No puedo vivir sin amor. Mentira. No puedo vivir sin ciertas personas. Mentira. Incluso hay quienes dicen que no podrían vivir sin móvil, sin ordenador, sin televisión, sin música, sin fútbol o vete tú a saber qué cosa. Todo mentira.
Las mentiras del mundo sólo engañan al ingenuo o al que se deja. Pero qué sería de nosotros si a veces no nos dejáramos engañar.

miércoles, diciembre 18, 2002

Salgo a la calle a descubrir esta ciudad olvidada, cuántos recuerdos debieron guardar, qué historias viviría yo en ella, cuál fue la esquina del dolor, la de la felicidad, dónde nos besamos, dónde te esperé bajo la lluvia sabiendo que no llegarías, como hago ahora, intentando rememorar instantes huidos para siempre.
Echo de menos aquellos sentimientos perdidos que nunca volverán, mientras recorro lugares que ahora para mí ya no significan nada.
Sé que en algún lugar remoto de esta ciudad hay alguien que sabe de mí más que yo, que conoce lo que yo busco e ignoro, pero empiezo a pensar que nunca lo encontraré.
A todos nos pasa algo parecido. Deseamos algo, no importa qué. Y queremos salir a toda prisa al mundo a su encuentro. Pero no sabemos dónde buscarlo. Y eso nos hace pensar que nunca lo encontraremos. Quién sabe. Quizás sea verdad.
Pero nadie nos impide que sigamos deseándolo.

martes, diciembre 17, 2002

A veces nos sentimos caer en el desaliento,
se desata la pena indomable y nos sorprende desnudos sin nada que enfrentarle
y tenemos que aceptar derrotados su gobierno cruel,
pues nada está en nuestras manos cuando despierta el dolor que encerramos a la espera de inundarnos cualquier día
y arrasar con todo lo que creímos alcanzar,
y no nos queda más opción que perpetuarnos inanes sin acierto en estas madrugadas infinitas en que buscamos sólo amanecer.

lunes, diciembre 16, 2002

El otro día escuché esta frase en la tele: “Hay que olvidar para seguir evolucionando” y sentí que no había otra manera mejor de explicar todo esto. Por fin alguien que me ha entendido, que sabe que lo he olvidado todo para poder seguir adelante, que el pasado es un pesado lastre que hay que soltar a tiempo para poder proseguir la marcha.
Y ahora me alejo de todos mis problemas para encontrar un nuevo día. I’m walking away from troubles in my life, I’m walking away to find a better day (suena sin cesar en mi cabeza).
A qué esperas para seguir tú también tu camino hacia delante y dejar atrás todos esos obstáculos insignificantes que te impiden avanzar.
Da igual, antes o después todo eso acabará siendo devorado por el insaciable olvido y no merece tanta atención lo que tan poco vale.
No, no somos tan importantes.

sábado, diciembre 14, 2002

He dejado mi pasado oculto en algún rincón oscuro para poder inventarme de nuevo.
Cuando no eres ni una sombra de lo que prometías ser y tu vida no se parece en nada a lo que imaginabas, no te queda más remedio que huir, huir del pasado, del mundo, de tu vida, de ti. Aunque a veces el ayer se obstine en perseguirte y presentarse ante ti de la forma más insospechada.
A veces algo o alguien que creías olvidado se cruza en tu camino y alguna cosa se remueve inquieta en tu interior rescatando recuerdos enterrados, por lo general, aunque no siempre, poco agradables. Alguien con el que hemos vivido situaciones importantes, algún objeto que nos acompañó en momentos decisivos, un lugar en el que nos sentimos vivir como nunca antes,...
Hoy me encontré con una persona que no recordaba, pero fue verla y sentirme inmediatamente inundado de extrañas reacciones y recuerdos llenos de emociones contradictorias. Apenas cruzamos unas palabras, había cierto miedo a lo que podíamos decir y nos despedimos como dos desconocidos más alejándose entre la multitud.
Pero por un momento he creído ver todo mi pasado reflejado ante mí como un fantasma.

jueves, diciembre 12, 2002

Trato de hacer todo como si nunca hubiera sido hecho, pero cómo evitar pensar que todo lo que hago lo hice antes mejor y que no soy más que una mala copia de mí mismo.
Carecer de referencias hace que me sienta perdido, sin un norte al que dirigirme, sin la experiencia como consejera. Me resigno a pensar que volveré a tropezar con las mismas piedras y que nada de lo aprendido con tanto dolor sirvió para nada.
Así que no intento sacar enseñanzas del presente para el futuro, porque todo lo que cuesta tanto aprender se olvida demasiado rápidamente.
Ya no busco respuestas. De todas formas las preguntas cambian a cada instante.

miércoles, diciembre 11, 2002

No soy el único que lo hago. Toda nuestra vida es un intento de recuperar el pasado, de recobrar la ingenua alegría sin tiempo de la infancia, las horas felices compartidas con un amor perdido, la serena tranquilidad de los días plenos,...
Yo busco mi pasado porque perdí la memoria, como todos buscamos lo que hemos perdido: la memoria, un amor, la felicidad, la ilusión, la esperanza, el tiempo, la fe, las ganas de vivir, a nosotros mismos...
Sin embargo muy pocos triunfan en esta batalla fatal, pero tenemos que intentarlo para no caer en el desaliento, aunque en el fondo sepamos que no venceremos.
Peregrinos sin fe buscando cosas que ya no existen.

martes, diciembre 10, 2002

Puede que tener alguien a mi lado me haga a veces ignorar mis problemas.
Puedo pensar que no hubo ayer, que todo es presente y que cualquier tiempo pasado fue peor, pero son sólo pretextos que me consuelan levemente cuando no hay nada a qué acogerme, porque sé que no saber de su existencia no disminuye el valor de lo perdido.
Siento nostalgia de las cosas que he olvidado.
Y cuando en la noche desierta el frío es inquebrantable
no encuentro un recuerdo amado con el que poder taparme.

lunes, diciembre 09, 2002

Te busco en mi memoria pero no te hallo,
así que tengo que aprenderte de nuevo,
pero nunca hubo lección tan interesante,
aunque cuando estás a mi lado
tu sola presencia me exime de recordar,
de pensar todo lo que no fuimos,
y me dejo arrastrar al misterio de ti,
ebrio de tu belleza sin mancha ni tiempo.

domingo, diciembre 08, 2002

Te recomiendo que no sigas leyendo.
Es una pérdida de tiempo.
Puede que siempre lo sea, pero hoy especialmente.
Bueno, si lo haces allá tu. Yo me eximo de responsabilidades, ya sabes que el que avisa es algo que no me acuerdo.
Hoy es uno de esos días en los que no le encuentras sentido a nada, que no consigues engañarte a ti mismo con motivos ficticios. Hoy no me apetecía nada pero tenía que seguir haciendo todo. Hoy es uno de esos días en que es mejor estar muerto. Pero mañana puede amanecer lleno de luz y volver a creer en todas mis mentiras y a desear que esto no acabe nunca. Miro al reloj empujando las manecillas mentalmente para que el día acabe pronto. Tengo 27 años pero he vivido muchos menos, porque en días como hoy no me siento en absoluto vivo, sólo soy una sombra de mí mismo, menos que nada.
Ya ves que hoy no tengo mucho que decir y a pesar de ello no me resigno a callarme. Justo lo que más odio.
Pero te lo advertí y no quisiste escucharme.
Ahora no te quejes. Es culpa tuya.
La próxima vez hazme caso.

sábado, diciembre 07, 2002

Parece mentira cómo te pasas la vida rodeado de gente que no llega a conocerte nunca, ni siquiera a saber apenas nada de ti. Y no hablo del panadero ni de la vecina que te cruzas cada mañana en la escalera. Me refiero a familia y “amigos” o quienes lo son supuestamente.
Sin embargo, una noche cualquiera enciendes el ordenador y descubres a alguien que parece conocerte mejor que tú mismo, que te hace sentir cómodo y a gusto hablando con él o ella, y que en unas horas sientes más cercano que la mayoría de la gente con la que llevas hablando y conviviendo años.
Debe ser que ambos buscamos lo mismo y en esa búsqueda nos encontramos. Creo poco en las casualidades, menos aún en el destino. Es más bien que si dos personas recorren el mismo camino acaban encontrándose. Y más cuando son caminos despejados que recorremos solitarios.
Y la búsqueda se hace más dulce y amable con tu inmensa compañía.

viernes, diciembre 06, 2002

La realidad supera a la ficción o ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir.
Nunca me ha gustado ir a la playa, aparte del agua salada que detesto y además está siempre fría para mi cuerpo tan intolerante a los cambios de temperatura, no me gusta la arena que se te mete en los lugares más insospechados y por más que te duches varias veces al día nunca consigues eliminarla del todo. Eso sin contar cómo te cuesta caminar por ella, te hundes, te clavas alguna piedrecita o concha y te achicharras la planta de los pies si se te ocurre caminar un paso sin las chanclas puestas.
Por eso yo a veces decía bromeando, iré a la playa cuando la asfalten y así poder evitarme esa molesta arena que tanto me irrita.
Estos días enciendo la televisión y me encuentro con mi deseo hecho realidad, y la verdad, no es como yo lo imaginaba.
No sé si debería sentirme culpable. Os juro que era sólo una broma y que en mi mente no se parecía en nada a lo que veo. Es como esos chistes en los que algún genio de la lámpara listillo hace una chapuza con tu deseo. El caso es que lo es.

martes, diciembre 03, 2002

Calladamente, con el solo ruido que hacen dos cuerpos al encontrarse, nos hallamos torpemente, inseguros en nuestro deseo,
pero mis manos aún recuerdan tus formas y el dulce aroma que tu piel sedienta desprende llenando todos mis sentidos.
Y nos dejamos caer en el vértigo de nuestras sensaciones
sin pensar si alguna vez fuimos,
sin que la memoria traicione nuestros gestos,
sin pasado ni futuro.
Sólo existe el momento, y tan frágil...
Consumir nuestras llamas hasta su total extinción
para amarnos sin huella,
como si nunca hubiésemos sucedido.

lunes, diciembre 02, 2002

Has vuelto a mí desde el pasado conociéndome mejor que yo mismo,
cargada de historias que no quiero escuchar,
con un nombre extraño que alguna vez pronuncié con amor,
pretendiendo decirme lo que he sido
ignorando que yo ya no soy aquel que tú conociste.
Pero no quiero que me cuentes nada que yo no sepa,
me basta saber que me amas y que alguna vez también lo hice,
si es así no me será difícil volver a hacerlo.
Déjame ir descubriéndote lentamente,
abrir los ojos despacio al amanecer para no hacerme daño,
no puedo decirte te quiero
pero no me cuesta creer que lo vaya a hacer.
Déjame experimentar sensaciones olvidadas
que remuevan algo en mi estómago al besarte,
la ilusión de los comienzos, la incertidumbre ante lo desconocido,
el miedo, la euforia y el deslumbramiento,
la felicidad ignorante de sí misma.
Quiero sentir todo por vez primera.