viernes, agosto 31, 2018

Voy a olvidarme de todo el daño realizado, de las lágrimas derramadas, de las noches sin dormir y las mañanas con ojeras, de las múltiples veces en que me negaste, me mentiste, traicionaste y burlaste de mí. De la humillación a la que me sometiste sin motivo. Dejaré a un lado los reproches y las quejas, los atrasos y las deudas y romperé en pedazos los cientos de poemas en los que no decía precisamente nada bonito de ti para quedarme solo con los dos bellos que recitaré cada noche bajo tu ventana a modo de plegaria. Perdonaré todo aquello que me hiciste, lo que me provocó las ganas de morirme o de ingresar en una secta incluso sin amor libre. Olvidaré las falsas apariencias, las mentiras arriesgadas, las amistades peligrosas y otras tantas películas que me montabas a diario. Porque he decidido que voy a darte una última oportundiad, y si no funciona... te daré otra.

jueves, agosto 30, 2018

Lo que hoy te parece una locura mañana te resulta necesario. No nos conformamos con hacer hoy lo mismo que ayer. Nunca nos detenemos ante la adversidad. No hay obstáculos insuperables para mi voluntad. Dime que es imposible, que no lo lograré jamás, que no está a mi alcance, pues necesito un nuevo reto que superar. No tenemos miedo al dolor, somos adeptos del sufrimento y nos hemos suscrito a todos los canales del esfuerzo. Construimos un nuevo futuro cada día, abrimos caminos donde no había nada, luchamos contra la rutina que te asfixia y te intenta derrotar antes de intentarlo. Nunca pensé que haría esto, pero ahora me parece pcoo comparado con lo que haré mañana. No creí que llegaría hasta aquí, pero esto es solo el comienzo. La meta es solo la próxima línea de salida. Si creías que no lo conseguiría, es que no me conoces. Así que, si no quieres perder tu dinero, te recomiendo que no apuestes contra mí.

miércoles, agosto 29, 2018

De ti aprendí cosas que ni tú misma sabías y otras que ya sabía pero había olvidado. Hoy las escribo aquí para no olvidarlas nunca más. Por ejemplo, que hay veces en las que hay que arriesgarlo todo para no quedarse con la duda, que a veces tres es compañía y dos es multitud y que si a una silla se le rompe una pata se caerá irremediablemente por su propio peso. Que nunca hay que avergonzarse de lo que hiciste de corazón, aunque el resultado sea un completo desastre, que lo que no te mata a veces te remata y casi siempre te debilita, que el dolor no es temporal, sino imperecedero, que el esfuerzo no merece la pena cuando quieres demostrar algo pero nadie está mirándote y que no hay más ciego que al que no le dejan ver. Contigo aprendí grandes lecciones de vida que algún día enseñaré a mis hijos, como que no se consigue todo lo que se desea, por más que lo des todo en el intento, que a quien no está no se le espera salvo que sea a quien realmente esperas y que sé esperar mucho más de lo que creía. Que si dos recorren el camino juntos llegarán más lejos, o por lo menos antes, que no hay que pararse nunca aunque te fallen las fuerzas y te duelan las piernas, pero se puede ir más despacio para llegar a la meta. Que se puede negar más veces de las que canta el gallo y hacer sentir culpable a un inocente, que hay que disfrutar cada instante porque todo puede cambiar de la noche a la mañana y que lo que ves no es siempre lo que hay. Que toda norma tiene su excepción hasta que la excepción se convierte en norma, que mentir sale muy barato y ser sincero se paga caro, que es de cobardes agachar la cabeza y no luchar por lo que quieres, que lo que dicen de ti no es lo que eres, que cuando estás en lo más hondo aún pueden pisarte para hundirte más. Pero sobre todo aprendí que no era tan débil como yo creía, ni tú tan fuerte como aún crees.

lunes, agosto 27, 2018

De todos mis males no conozco más culpable. De mis noches sin dormir soy yo la cafeína. Fui un loco ingenuo que se metió demasiado en el personaje. Me creí todas todas tus mentiras y ni siquiera íbamos despacio, compré tus estampitas creyendo que me tocaba el gordo y no eran más que promesas vacías de papel, acepté sin dudar el milagro y ni siquiera recé. A quién voy a pedir ahora la cuenta si todo me lo comí yo solito, a quien reclamar los daños si fui yo quien los causó. Así que me toca pagar a mí, pero estoy en bancarrota y declaro suspensión de pagos. Jugué haciendo trampas y caí en todos sus trucos y artimañas, estafador estafado, un idiota sin complejos que se creía el más listo de la clase y acabó siendo humillado por su presunta inocencia. De qué me quejo entonces, si yo ya conocía el final de la historia auqnua no quisiera creerlo e inventara otros alternativos, tal vez para la versión extendida, esa que nadie ve nunca. Ya no pido explicaciones pero tampoco las doy, avergonzado de mis errores infantiles, solo trato de pasar desapercibido y ocultar mis miserias para eludir la condena que yo mismo me impuse.

domingo, agosto 26, 2018

Hay días de una tristeza intolerable. Días en los que amaneces con el dolor en la boca y ya no sabes cómo desprenderte de él. Días como hoy, llenos de una infinita ausencia, en los que toda idea es una trampa en la que intento no caer y evito acercarme a las ventanas. Pero entonces salgo a la calle tratando de hallar algo diferente, confundirme entre la gente para intentar ser uno más e impregnarme de su bendita inconsciencia, arrebatarles en un momento de descuido una brizna de su inocencia, dejándome hipnotizar por las luces estridentes de los grandes almacenes, recorriendo sus rincones en busca de pequeños objetos bellos que me hagan sentir un espejismo de felicidad, y cuando después de algunas horas regreso a casa con el botín obtenido, descubro que el dolor ha huido acosado por tantos reflejos dorados. Entonces comprendo que el dolor es sólo un capricho, tan insensato y sin motivo que aparece y desaparece a su antojo, y que es inútil luchar contra lo imprevisible, y siento un extraño alivio que no alcanzo a comprender.

sábado, agosto 25, 2018

No pretendas fingir que ya no sientes nada, que para ti no soy más que una historia pasada, una página más de tu vida olvidada para siempre sin pena en un rincón perdido de tu biblioteca. Sé que dentro de ti algo aún se mueve cuando paso por tu lado o lees mis poemas y te hace recordar lo que juntos fuimos. Sé que no me odias ni me deseas nada malo, que por más que te esfuerces en mostrar tu frialdad no puedes evitar estremecerte al pensar en mí, aunque solo me ofrezcas el rencor y la rabia, porque dos no se pelean si ya no se quieren.

viernes, agosto 24, 2018

Si quieres saber quién soy, dime quién eres. Tengo tantas razones para quererme como para odiarme. Estoy herido, pero no sangro. Estoy dolido, pero no lloro. Estoy soñando, pero no duermo. No guardo rencor ni mucho menos silencio, te diré todo lo que no quieras esccuhar y me guardaré los cumplidos para mí. No voy a esperar hasta que te decidas ni me iré cuando ya no me busques. Soy una promesa incumplida, una hipoteca para toda tu vida y seré un recuerdo doloroso cuando ya no esté, un motivo para el arrepentimiento, una deuda pendiente que nunca se salda del todo. Pero a cambio te daré todo lo que quieras sin reclamarte la vuelta, no soy de ahorrar esfuerzos ni de pedir la cuenta, te creeré incluso cuando no mientas. No quiero engañarte, no tenemos posibildades de éxito, pero fracasaremos de un modo brillante que siempre recordaremos, y si a pesar de todo eso aún quieres conocerme no tienes más que preguntar.

jueves, agosto 23, 2018

Antes pensaba que no entender ciertas cosas tuyas era culpa mía, de mi falta de interés o de atención, de no detenerme lo necesario a pensar en ti y en tus asuntos, de pensar solamente en mí, y que quizás eso era porque no me importaba realmente, lo que me hacía sentir muy mal. Pero ahora sé que hay cosas que no pueden entenderse, que todas nuestras diferencias son producto de las limitaciones para comunicarnos, que carecemos de los medios necesarios para comprendernos. Me reprochabas que fuera demasiado obsesivo y que me empeñara siempre en buscar el por qué de todas las cosas y que no cesara de intentarlo hasta encontrar una respuesta satisfactoria. Pero te equivocabas, nunca fue esa mi intención, pues sé que, por fortuna, hay cosas que no tienen explicación y es mejor así.

miércoles, agosto 22, 2018

Nunca fui muy hábil para descifrar las caras. Suelo confundir su significado. Tus prolongados silencios me desesperan. A veces equivoco el tono de tus palabras e interpreto mal tus intenciones. Siempre tengo prisa por encontrarte y te busco impaciente mil veces al día sin hallarte. Me pongo muy nervioso cuando no recibo tu respuesta o si te mando un beso y no lo devuelves. Me irrita ver que estás presente y no contestas, como si no te importara lo que te estoy diciendo. Imagino la tormenta que se avecina y reviso todas mis conversaciones en busca de algún motivo. Pero por qué tiene que ser tan complicado, el amor, en los tiempos del Whatsapp.

martes, agosto 21, 2018

Vale, hemos perdido. Reconozcamos la derrota por goleada. Analicemos lo ocurrido fríamente para descubrir en qué nos equivocamos. Abandonemos todas las excusas y rindamos honores al vencedor. Miremos al pasado serenamente, orgullosos de los aciertos y dispuestos a aprender de los errores. No se puede ganar siempre, dicen, pero tampoco se puede perder siempre. Así que no llores ni un minuto más, porque esto es solo el principio. A partir de hoy, comienza la remontada.

lunes, agosto 20, 2018

No puedes pedirle a un gato que ladre, a la lluvia que no empape, a los pájaros que naden o al sol que no salga cada mañana. Es inútil buscar ríos en el desierto, bosques en la luna, caminos en la mar. No exijas a cada uno más que aquello que puede dar, flores a las plantas, agua a la fuente, peras al peral. No hallarás respuestas en las estrellas, eso son solo supersticiones, ni escucharás las voces del silencio si no están dentro de ti. No, no pidas lo imposible, porque no suele pasar, por más que te empeñes, nadie hará aquello de lo que no es capaz, así que, si no quieres seguir perdiendo el tiempo, no me pidas más que te olvide.

domingo, agosto 19, 2018

Recuerdo cuando todo era más. Tú y yo hacíamos siempre. El futuro por delante y ningún pasado por detrás. La cuenta a cero tanto en el debe como en el haber y ninguna responsabilidad que cuestionara nuestra capacidad de amar. No nos preguntábamos por. No teníamos prisa en. No callábamos ante ni con, ni hablábamos contra y hacíamos todo lo que nos. No teníamos miedo a. No pedíamos explicaciones por. No nos engañábamos con. No mentíamos para. Cuando no nos importaba decirlo todo sin mordernos la lengua, sin miedo a que alguien entendiera algo que no habíamos dicho y nos hiciera pagar por nuestras palabras. Cuando no teníamos nada que, porque aún no nos sentíamos culpables de.

sábado, agosto 18, 2018

Muchas veces he salido a la calle a buscarte entre las gentes, el tráfico y las prisas que van y vienen, intentando desesperadamente descubrir tu rostro en cada persona, colocar tu sonrisa en cada rostro, en cada voz oír la tuya, calculando cuál sería la mejor hora y ruta en la que podría hallarte, pasando varias veces por tu calle, merodeando por la puerta de tu trabajo sin atreverme a penetrar, entrando y saliendo de bares y restaurantes a los que solías ir, inventando excusas que pudieran justificar mi presencia en lugares inoportunos a horas inusuales y pensando qué decir cuando te encontrara de forma aparentemente casual, preocupado por no saber reaccionar al verte, ensayando cómo poner sincera cara de sorpresa y aparentar una falsa tranquilidad aun sabiendo que de todos modos no resultaría convincente, deseando y temiendo ese encuentro. Me imaginaba qué pensarían esas gentes con las que me cruzaba dos o tres veces en poco tiempo, que me miraban extrañados de no verte conmigo, quienes me veían dar vueltas alrededor de tu casa esperando la súbita presencia de tu figura radiante como un creyente fervoroso aguarda el milagro en un lugar de apariciones. Ayer, mientras recorría las calles en tu busca, pude vislumbrar tu figura a unos pocos metros acercándose hacia mí. No sé por qué decidí cruzar de acera y fingir que no te había visto.

viernes, agosto 17, 2018

Podemos hacer como que no ha pasado o fingir que no nos importa y mirar hacia otro lado. Podemos mostrar una sonrisa falsa, poner al mal tiempo buena cara, intentar seguir con nuestra discreta vida burguesa como si nada. Podemos negar la realidad ante nuestros ojos, inventar un pasado ficticio, negociar con la nostalgia para que no duela tanto o solo los fines de semana. No es tan difícil, es cuestión solo de práctica, de ponerle intención, empeño y maña. Al principio cuesta un poco, pero después sale solo y es sencillo aparentar que todo va bien, que no nos pasa nada, que no nos duele la herida aunque la vean sangrar, que tampoco nos importaba tanto y ni siquiera nos acordamos, y después, cuando nadie nos vea, llorar a solas por todo lo que perdimos en el intento.

jueves, agosto 16, 2018

Con frecuencia, suele presentárseme el dilema de en qué emplear mi tiempo libre, si en disfrutar lo máximo posible cada instante sin pensar en nada más o en tratar de mejorarme a mí mismo y trabajar para lograr metas futuras. Lo ideal sería realizar actividades que combinen ambas opciones, pero no suele ser fácil hallarlas. No se trata de descartar ninguna, de volcarme únicamente en el goce en sí o en la consecución de un objetivo superior sacrificando todos tus instintos, sino de hallar la combinación ideal entre ambas posibilidades. Trato de alternar entre una y otra, pero nunca sé la proporción exacta que debo establecer para lograr el equilibrio. No podemos pasarnos la vida dedicándonos tan solo a uno de los dos, aunque hay gente que consigue olvidarse casi todo el tiempo de alguno de ellos. No es fácil, a veces me invade la pereza y me dejo llevar por los placeres menos fructíferos y otras la mala conciencia me obliga a buscar un continuo perfeccionamiento de mis escasas cualidades. Y entre esos dos extremos me debato sin descanso, entre la búsqueda del placer inmediato y el remordimiento por no seguir avanzando, el hedonismo o el sacrificio, la vagancia o el esfuerzo. No sé, ¿con cuál debería quedarme?


miércoles, agosto 15, 2018

Voy a hacer trampa. Para no pensar en ti tampoco voy a pensar en mí. En las aventuras que viví, los lugares donde estuve, las anécdotas divertidas, los días en que fui feliz y mucho menos en los momentos malos. No voy a pensar en nada de lo que hice, en lo bueno ni en lo malo, en la salud ni en la enfermedad, en las alegrías ni en las penas. Pensaré a cambio en cosas vulgares y corrientes que no tengan nada que ver contigo ni conmigo, en las noticias de la tele que tan poco me interesan, en los resultados deportivos, las historias fantásticas de los libros que leí y las películas que vi, pero en nada, absolutamente nada en lo que yo sea o haya sido el protagonista o participado de algún modo más o menos directo y voy a borrar de mi memoria todos los recuerdos de lo vivido durante todo este tiempo, pues en cada uno de ellos siempre estás tú.

martes, agosto 14, 2018

No es mi culpa que las cosas me duelan y que me sangren las heridas. No he decidido pasarlo mal ni llorar por las esquinas como una vulgar plañidera. No soy yo quien elige la penitencia ni quien impone la pena. Así que basta ya de reprocharme mi dolor, porque no se sufre por capricho, no se sangra si no hay herida, no soy un loco suicida ni pretendo llamar la atención. No trates de convencerme de que yo me lo he buscado, de que todo tiene sus consecuencias y toda acción su repercusión o lo que sea. Yo no escogí ser así, nadie me preguntó cómo me gustaría sentir y te juro que desearía no parecerme en nada a mí mismo. Me cambiaría por cualquiera, me sometería a las normas más estrictas si supiera que algo en mí iba a cambiar. Ya me culpé de todos mis fracasos, y asumí que yo era quien provocaba todo el rechazo que recibía, pagando facturas ajenas aunque no supiera cómo ni cuándo había contraído las deudas. No voy a engañarme más con discursos morales que solo buscan anestesiar la conciencia. No somos víctimas y verdugos al mismo tiempo, no es el karma ni el efecto mariposa ni ningún otro. Ya me sentí así durante mucho tiempo hasta que me di cuenta de que no tenían razón, porque querer no me convierte en culpable.

lunes, agosto 13, 2018

Hay una persona con la que necesito hablar a solas de vez en cuando, salimos a pasear o nos quedamos en casa para que nadie nos moleste ni interrumpa e intercambiamos opiniones y sensaciones tratando de alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambos. No siempre resulta fácil, porque tenemos ideas y puntos de vista muy diferentes sobre cualquier tema. A veces yo le calmo o le animo y otras es él quien me aconseja o me impulsa a actuar. Nos conocemos a la perfección, aunque en algunas ocasioens chocamos y todo estalla, pero después de un tiempo volvemos a ponernos de acuerdo y cada uno reconoce sus errores y valora los aciertos del otro. Sé que siempre estará conmigo, que nunca me abandonará y que tendré siempre las respuesta adecuada a mis dudas, pues es quien únicamente me conoce, porque esa persona soy yo mismo.

domingo, agosto 12, 2018

Los agujeros negros atraen todo lo que existe a su alrededor. Modifican el espacio-tiempo generando un campo gravitatorio tan potente que hace que todo lo que hay en su horizonte de sucesos gire en torno suya y acabe precipitándose en su interior hasta desaparecer. Nada puede escapar a su poderoso influjo, desvían la trayectoria de los astros y nadie conoce lo que ocurre dentro de ellos, por lo que siguen siendo un misterio. Ejercen una fuerza de atracción irresitible, tan potente que atrapan hasta la luz y la materia, arrebatan la energía y destruyen todo lo que encuentran cerca. Vaya, qué casualidad, exactamente igual que tú.

sábado, agosto 11, 2018

Tú siempre buscabas aquello que faltaba y por eso no conseguías ver lo que había, obligándome a elegir siempre, a no permanecer en el inquietante territorio de la duda que me impedía avanzar, Cuál es tu película favorita, a no quedarme en la frontera de lo visible, Cuál es tu ciudad preferida, y a hallar aquello que hacía único a cada ser, Qué es lo que más te gusta de mí. Cada lugar, cada ocasión, cada instante tenían algo especial para ti, aunque a mí todos me parecieran iguales, segura de que en el error de no distinguir con claridad y dejar que el azar decida por nosotros está el origen de nuestras aflicciones, pero yo a veces no lograba descubrir las diferencias, como si se tratara tan sólo de un juego inocente en el que no conseguía averiguar la trampa escondida, y todo me parecía lo mismo, indistinto, indifrente, me daba igual hacer una cosa que otra, ante lo que tú te mostrabas permanentemente dispuesta a corregir mis errores, que yo no consideraba como tales, porque para mí no había errores, ni palabras o hechos más o menos oportunos, sólo realidades ineludibles que no nos quedaba más remedio que aceptar. Nunca creí que hubiera una única y correcta forma de hacer las cosas y quizás por eso me empeñaba en llevar siempre la contraria, a veces incluso perjudicándome a mí mismo. Pero ahora comprendo cuánto te equivocabas, pues si bien nunca hubo dos cosas iguales, tampoco estaba en nuestras manos elegir.


viernes, agosto 10, 2018

Que no teníamos razón ya lo sabíamos. Que no importaba tenerla o no lo supimos mucho más tarde, cuando ya no había ocasión para rectificar. De todas formas, de nada hubiera servido, porque el amor es siempre algo imposible. Nadie halla nunca la satisfacción completa, ni siquiera aproximada, de aquello que tan urgente siente, buscando sin descanso un ideal inalcanzable, y sólo el tiempo realiza su lenta labor implacable tratando de apaciguar tanta sed para la que no existe agua suficiente. La única solución es siempre el olvido, pero es demasiado lento y errático, caprichoso e impredecible, incapaz de actuar con eficacia sobre aquello que desearíamos desterrar del recuerdo, equivocando a menudo su objetivo y distorsionando la realidad. Sí, nos mentíamos el uno al otro, eso era algo habitual entre nosotros, pero no tiene nada de extraño ni de malo, todo el mundo lo hace y gracias a ello podemos sobrevivir. No me siento culpable ni te pido explicaciones. La mentira no es un error. Al contrario. Es una medicina eficaz contra el dolor. A veces pretendías contarme la verdad, como si eso pudiera interesarme. Detestaba oírla, descubrir que algo podía no ser exactamente como yo creía o deseaba. No es que no te escuchara, ni siquiera era real mi aparente distracción cuando lo hacías, ni que no entendiera lo que tratabas de decirme, el problema fue que tus palabras eran casi siempre las equivocadas y ya no me importaba lo que dijeras si aquello iba a contradecir lo que yo pensaba. Por eso me refugiaba en mi mundo ficticio el que nada podía salir mal y ya no quería salir de él, no me importaba nada de lo que hubiera fuera de él y poco a poco fui alejándome de la realidad hasta perdernos para siempre sin ni siquiera darme cuenta.

miércoles, agosto 08, 2018

He borrado el texto que iba a escribir. Era demasiado sincero para que nadie lo leyera. Primero te atacaba, te maldecía e incluso te insultaba. Después se ponía sentimental recordando los momentos buenos que pasamos y al final acababa pidiéndote perdón entre lágrimas. No, no es esa la imagen que pretendo dar, no debo exponer públicamente mis sentimientos más privados, no quiero mostrarte mis debilidades para que puedas aprovecharte de ellas. Por eso lo he eliminado de inmediato, como si así pudiera también eliminar para siempre todo lo que siento.

martes, agosto 07, 2018

Tengo la lengua en carne viva de tanto mordérmela. Tengo las uñas arrancadas de comérmelas. Me arden las entrañas de escuchar en silencio tanta tontería y no entiendo nada de lo que veo a mi alrededor. En qué piensa toda esa gente ridícula. Me repugna todo lo que hacen y dicen, me da náuseas, me escandaliza, me hace vomitar. No quiero seguir viviendo ni un minuto más en su despreciable mundo. No quiero convertirme en un imbécil más entre tantos. Quiero gritar, alejarme de aquí para siempre, arrancarme la piel y el corazón, pero no hay adónde ir, todos son iguales en todas partes, no hay escapatoria posible a la sinrazón. Me consumiré día a día, incapaz de salir de este lugar oscuro hasta desaparecer. Solo busco la compañía de quienes sientan como yo, los pocos que comprendan mis palabras y valoren mis actos. Ellos serán mi único consuelo.

lunes, agosto 06, 2018

Y de repente me sorprendo pensando de nuevo en buscar un poco de calor, ilusionándome por unas palabras amables o un gesto de complicidad. Descubro que, sin darme cuenta, he empezado a imaginarme un futuro ideal, a creer en la empatía y la sinceridad, a confiar en las personas, y mi corazón (o lo que sea) despierta del letargo para sentir con fuerza, mi mente recorre senderos peligrosos que me había prohibido transitar y el deseo se desboca sin que exista ningún motivo, dejándose llevar por un espejismo cruel sabiendo que nada de eso es real y que mañana volveré a arrepentirme, a maldecir, a llorar, a jurar que nunca más. Pero no, no puedo dejar que esto se me vaya de las manos, no caeré otra vez en el mismo error de siempre. No, no quiero de nuevo, porque conozco el final, volver a las andadas.

domingo, agosto 05, 2018

Creo que a veces es excesiva mi constante indiferencia por todo. Está bien mostrarse distante ante las cosas ajenas e incluso ante aquellas que nos afectan de manera tangencial, puede que eso sea lo correcto en la mayoría de los casos, lo que todos deberíamos hacer, no meternos en lo que no nos importa y no dramatizar con cualquier mínimo contratiempo. Pero lo que me alarma es la enorme tranquilidad con que asumo todo lo que me ocurre, tanto lo bueno como lo malo, la frialdad con que recibo las noticias y la serenidad con que encajo los golpes. Las cosas que influyen directamente en mi vida y sin embargo no dejan de parecerme intrascendentes, como si nada fuera definitivo, trascendental, grave. Van pasando los años y nada resulta ser como pensábamos, y no me importa, lo tomo con naturalidad. Mis recuerdos se debilitan hasta perder una parte fundamental del pasado, las personas con las que crecí han desaparecido tal vez para siempre, el tiempo se precipita y no sé qué hacer con el futuro... Tantas cosas que no tomo de manera traumática y quizás debería hacerlo. Acaso mi vida me importa demasiado poco.

sábado, agosto 04, 2018

Siempre acabo dando demasiadas explicaciones, sobre lo que hago, sobre lo que soy, de dónde vengo o a dónde voy. Explicaciones que ni siquiera nadie me pide, como si tratara de justificarme por todo, como si me sintiera culpable de algo, aunque no sé de qué. Es una necesidad interior que me obliga a hallar una razón a todos y cada uno de mis actos y a tratar de convencer a todo el mundo de que hago lo correcto, para así después poder convencerme a mí mismo. ¿Lo ves? Ya lo estoy haciendo de nuevo, no sé a qué viene todo esto, si ni siquiera te conozco y si te he visto no me acuerdo, pero sentía que por algún motivo extraño debía explicar por qué escribo esto.

viernes, agosto 03, 2018

Hacemos las mismas cosas, frecuentamos los mismos lugares, vamos siempre a los sitios de moda, coincidimos, no por casualidad, por todas partes, compartimos aficiones, devociones, obligaciones, pensamientos y problemas. Nos gustan las mismas canciones, programas y series, tal vez incluso los mismos libros y películas. Nos duelen las mismas heridas y nos alegramos por las mismas cosas. Nos reímos de los mismos chistes tontos, cometemos los mismos errores, nos arrepentimos y lloramos por las mismas penas. Llevamos vidas parecidas, vidas paralelas, sentimos de una manera similar, pensamos casi del mismo modo. Tenemos mucho en común, es cierto, como todas esas cosas que hacemos siempre los dos al mismo tiempo, pero nunca juntos.

jueves, agosto 02, 2018

El problema es cuando tu felicidad (odio esa palabra, llamémoslo mejor bienestar emocional) no depende de lo que tú hagas sino de lo que hagan los demás. Deseas con todas tus fuerzas que algo pase y te quedas sentado esperando a que otros actúen por ti sin hacer nada para que eso suceda. Te conviertes en una persona pasiva, indolente, insegura, incapaz de valerse por sí misma y te sometes a la tiranía de los otros que nunca te satisface, pues nadie puede adivinar tus pensamientos si no das ninguna señal. Tal vez esperas que alguien venga a sacarte de tu cueva, que acuda al rescate y solucione por ti todos tus problemas, pero tampoco buscas a nadie que lo haga. Es como si esperaras un milagro, una aparición o un golpe de suerte fortuito, cosas en las que no creo. No te voy a dar ningún consejo, porque yo también he caído en eso y a veces aún sigo haciéndolo, pero ¿no crees que deberías de empezar a revisar algunas cosas?

miércoles, agosto 01, 2018

Busca una excusa cualquiera, un pretexto vulgar y poco creíble, inventa una historia eficaz, un motivo ficticio. Ata los cabos sueltos para que parezca inevitable, tal vez una palabra furtiva, un mensaje enviado sin querer, un error intencionado, un encuentro casual no tan casual, una llamada perdida, una botella lanzada al mar, una señal secreta que nadie más entienda, y entonces, cuando llegue a su destino, si es necesario, niégalo todo de nuevo, vuelve a esconderte en tu refugio, borra todo rastro de tu delito, no dejes ninguna pista que pueda delatarte y no des argumentos a quienes te vigilan, pero, sobre todo, no dejes que esto acabe así.