miércoles, febrero 28, 2018

Me gusta cuando me mientes y los dos lo sabemos. Me gusta cuando callas ante mis preguntas y conozco la respuesta y tú sabes que la sé, pero evitas así ser presa de tus palabras. Porque entre nosotros hay muchas cosas que no necesitan ser dichas en voz alta, incluso, que no debemos decir jamas y somos conscientes de ello. Porque las palabras pueden hacernos daño y no hace falta ponerle nombre a las cosas para saber que existen. Por eso, sigue fingiendo tan mal para obligarme a desconfiar de tus mentiras.

martes, febrero 27, 2018

Es importante saber cuándo hay que rendirse. Es inútil seguir insistiendo en batallas perdidas, eso solo aumentará tu frustración y los daños sufridos. Es cierto que no puedes abandonar al primer contratiempo, que el fracaso forma parte indispensable de la victoria, que debes luchar por aquello que deseas y todo eso, pero llega un momento, un punto de inflexión en el que comprendes que es un esfuerzo en vano, que esa puerta está cerrada para ti y que nada que hagas podrá abrirla, por lo que es mejor que te dediques a prepararte para nuevos retos. Hoy declaro mi rendición incondicional y proclamo tu victoria, guardaré mis soldados para otra guerra. Espero que seas feliz con el resultado. Pero no sientas pena por mí. A veces perder es una ventaja.

lunes, febrero 26, 2018

El dolor nos hace crecer. No lo rechaces, solo mediante el sufrimiento podrás evolucionar. Sé que es tentador dejarse llevar por la comodidad y evitar todo aquello que nos moleste, pero al final eso nos producirá una insatisfacción mayor. Por más daño que te haga, siempre pasará y te enseñará algo nuevo que te ayude a alcanzar tus metas. Por eso acoge con los brazos abiertos el dolor, sumérgete en él, no renuncies a intentarlo por miedo al fracaso, nunca estés satisfecho, porque solo lo que cuesta conseguir merece la pena.

sábado, febrero 24, 2018

Y sin embargo no hay nada como la rutina para cicatrizar las heridas. Cuando crees que todo se derrumba sin remedio, que no hay futuro y no encuentras el camino correcto, lo único que podrá salvarte será la repetición continua de sencillos gestos cotidianos que anula la conciencia. Acogerse a lo trivial, refugiarse en lo conocido, huir de lo extraordinario, hacer siempre lo mismo una y otra vez sin salirte de lo establecido. El ruido de la multitud conseguirá acallar esa voz que resuena en tu interior. Tal vez entonces tu vida no sea una fiesta, pero descubrirás que no está mal del todo y te alegrarás de pasar la mayor parte del tiempo alejado de la gloria o la derrota por igual. No habrá subidas ni bajadas, nada por lo que reír pero tampoco por lo que llorar, solo una espléndida calma en la que instalarse. Puede que te resulte monótono, que convierta tus días en algo insípido, vulgar, aburrido, pero te ayudará a olvidar y cuando menos lo esperes, casi sin darte cuenta, el dolor habrá desaparecido para siempre.

viernes, febrero 23, 2018

Tengo un serio problema, y es que soy el peor jugador de póker del mundo. Porque juego siempre con las cartas bocaarriba y si intento taparlas, enseguida se me nota en la cara si son buenas o malas. No soy capaz de ocultar mis intenciones y me impaciento por ganar cuanto antes la partida. Me lo juego siempre todo, arriesgando incluso cuando mis posibilidades sean escasas y no sé ir nunca de farol. Por más que lo intento, no consigo disimular, esconder mis mejores bazas y mentir sin parecer ridículo. Tal vez debería ser más prudente, plantear una estrategia conservadora, pero me lanzo al vacío sin pensar y no me guardo nada en la manga. Por eso siempre pierdo y me arruino una y otra vez sin que por ello aprenda la lección, porque a pesar de todo, me encanta este juego cruel, aunque sepa que estoy destinado al fracaso.

jueves, febrero 22, 2018

No esperes de mí lo que tú no das. No deposites tus esperanzas en nadie. No confíes en que alguien venga a solucionar tus problemas. No quieras que yo sea lo que tú no eres, que consiga lo que tú no intentas. No soy diferente a ti, tengo tus mismos miedos y deseos, me equivoco tanto o más que tú y necesito de las mismas atenciones que me reclamas. Así que, si esperas que algo cambie, empieza por ofrecer aquello que quieres recibir.

miércoles, febrero 21, 2018

Lo más frustrante es querer ser como otra persona. Imitar sus formas sin poseer su esencia. Pretender ser quien no eres, fingir una personalidad que no posees para agradar a los demás y conseguir su afecto. Nadie es mejor que tú. Solo tienes que ser tú mismo, aceptando tu forma particular de hacer las cosas. No te disfraces con ropajes que te quedan grandes o ridículos. No te escondas tras esa máscara de cristal. No pretendas hablar como ese personaje público, parecerte a esa modelo, bailar como esa cantante, escribir como aquel escritor famoso... No envidies el éxito, pues casi siemrpe es una casualidad, si no un error. No intentes ser como esa persona que admiras, deslumbrado por el brillo de sus momentos de gloria e ignorando sus sombras, porque tal vez, si fueras él, querrías ser alguien diferente.

martes, febrero 20, 2018

Detesto esas obras reconstruidas en las que tan burdamente se notan los añadidos, como si pretendieran hacernos creer que allí no ha pasado nada, que todo lo que vemos es exactamente como fue y que el tiempo no puede dañarnos. Me resultan ridículas esas restauraciones profundas que nos muestran a los ojos algo irreal, una imagen ilusoria de lo que ya no existe, como si pudiéramos regresar indemnes al ayer y ser de nuevo aquello que fuimos. Prefiero admitir el pasado, reconocer los desmanes cometidos, avergonzarme de lo ocurrido aunque no fuera culpa mía, contemplar sereno los restos de la batalla y admirar la belleza desnuda de las ruinas.

lunes, febrero 19, 2018

De vez en cuando se agradecen unas palabras de apoyo, de vez en cuando una palmadita en la espalda. Una voz amiga (o no) que te dé ánimos, que te diga que tomaste la decisión correcta y que tu esfuerzo valdrá la pena, para poder así superar las ganas de abandonarlo todo y dar marcha atrás. Que te ilumine el camino indicándote por dónde seguir y que incluso te recuerde tus errores al valorar tus aciertos. No es habitual, por lo menos en mi caso, contar con un poco de aliento. Solo recibo felicitaciones por cosas en las que no he tenido ninguna participación, como el cumpleaños, la Navidad o el año nuevo y casi nunca por aquello en lo que pones cada día todo tu empeño. Deberíamos felicitar menos esas fechas casuales del calendario y más por nuestros pequeños logros cotidianos por insignificantes que parezcan, aunque ni siquiera hayamos conseguido lo que pretendíamos pero al menos sí intentado, porque todos necesitamos que nos digan, de vez en cuando, que lo que haces, sea lo que sea, está bien hecho.

domingo, febrero 18, 2018

Lo más sensato es renunciar a las preguntas, aprender a vivir con la incertidumbre y rehuir las respuestas, como hace la inmensa mayoría de la gente. Porque las respuestas duelen, las repuestas solo sirven para provocar nuevas preguntas que nunca nos habíamos planteado, cierran caminos por los que nos hubiera gustado transitar y abren puertas por las que habríamos preferido no pasar. Saber más es descubrir que ignoramos aún más, poniendo quizás en juego tu equilibrio. Pero hay preguntas con las que no puedo convivir y la duda me resulta por momentos insoportable. Por eso, a pesar de que existe un elevado riesgo de que no me guste la respuesta, esta vez necesito saber la verdad.

sábado, febrero 17, 2018

Durante mucho tiempo creí que estaba equivocado, que lo que yo hacía estaba mal, que mi forma de ser y actuar era un problema que debía intentar solucionar. Me esforzaba por corregir mi comportamiento, negaba mis propios sentimientos, quería cambiar como fuera, me avergonzaba de mí mismo, me escondía de la gente tratando de ocultar mis fallos para que nadie se diera cuenta de ellos, y aun así sabía que todo el mundo los veía y me señalaba burlándose. Hasta que un día comprendí que no era así, que no había nada por lo que debiera sentirme avergonzado, que nada de lo que hacía, pensaba o sentía estaba mal, y que, al contrario, debía estar orgulloso de mis diferencias. Ya no pido perdón por no ser como los demás, no escondo mis vergüenzas ni trato de ser como no soy y he aprendido a valorar mis particularidades como virtudes y no como defectos.

viernes, febrero 16, 2018

Tu desprecio me estimula. Tu indiferencia me da fuerzas. La injusticia me rebela y me anima a seguir luchando hasta conseguir congelar tu sonrisa condescendiente. El rechazo es la gasolina que me mueve. La burla me impulsa de un modo radical. El silencio llena mi cabeza de palabras que me empujan a seguir adelante. Lucharé para que no puedas ignorarme, no pararé hasta que te rindas a mis pies y entonces quizás sea yo quien prefiera cualquier otra compañía.

jueves, febrero 15, 2018

Lo que no soporto es tu cobardía, tu incapacidad para querer más, tu patológico miedo a las alturas. Que no hayas conseguido lo que de verdad querías solo por miedo a perder algo que ni siquiera te satisface, que no seas capaz de desprenderte de los lazos que te atan a una vida que no deseas, que te niegues a ti mismo la oportunidad de lograr algo mejor, justo aquello que sabes que te haría feliz. Eso me demuestra sin duda que estaba equivocado, que no eres la persona que estaba buscando.

miércoles, febrero 14, 2018

No te engañes. No tenemos tiempo. Solo existe el aquí y ahora. Cuando quieras darte cuenta, todo habrá pasado y te lamentarás por haber perdido la oportunidad que tuviste por precaución, pereza o miedo. No tengas miedo. Vive cada segundo plenamente. Detén todos los relojes. No dejes nada para mañana, proque mañana no existe. Hoy, hoy, hoy... es lo único que tenemos. Derrama todo tu ser en esta hora infinita despojado de temores. No te quedes nunca con las ganas. Será de lo único que te lamentes. Si fracasas, al menos lo habrás intentado. No te quedes con la duda, es un monstruo implacable que te mata por dentro. Muestra orgulloso tus heridas. Un cuerpo sin cicatrices no vale nada. Míralas todos los días con devoción. Ama tus fracasos tanto o más que tus éxitos.

martes, febrero 13, 2018

Cada día es una nueva oportunidad, el comienzo de algo distinto que pueda corregir nuestros errores. Y sin embargo, paralizados por el miedo y las dudas, dejamos que pase sin hacer nada, pensando que tal vez mañana sea mejor día, pero nunca damos ningún paso y consumimos nuestro tiempo hasta que es demasiado tarde. Hoy me he levantado dispuesto a intentarlo, a no permitir que se me escape la ocasión para no tener que arrepentirme toda la vida. Tal vez me equivoque, tal vez el resultado no sea el esperado, pero no puedo seguir esperando a que las cosas sucedan.

lunes, febrero 12, 2018

Asumo mis errores e intento rectificarlos. Entiendo que el perdón a veces es difícil de obtener y estoy dispuesto a cumplir la penitencia que se me imponga. Pero el silencio es una penitencia injusta, un castigo tajante que excluye la redención. No hay nada que hacer, solo esperar a que algún día se rompa y no puedes acelerar la llegada de ese momento. Pero yo soy incapaz de acogerme a la espera pasiva, a esta insoportable sucesión de horas iguales en las que nunca se avista la meta. Prefiero pagar con todo mi esfuerzo antes que quedarme sentado esperando que sucedan cosas que no dependen de mí sin saber si algún día llegarán.

domingo, febrero 11, 2018

Muchas veces pienso que me gustaría poder pasar por todo de forma más superficial, sin implicarme tanto y no dejar que las cosas me afecten. Sin duda sería más fácil si pudiera mantener las distancias para no mancharme las manos, evitando así el riesgo de sentirme defraudado. No esperar nada de nadie, verlo todo con frialdad y mostrarme impasible al resultado. Pero nunca lo consigo, me dejo llevar por las ganas y mi cabeza se pone enseguida a imaginar futuros perfectos. Es lo que tiene vivirlo todo de forma intensa. Me gustaría poder hacer como otros y no ser capaz de sentir las cosas de verdad, poder pasar página sin mala conciencia y olvidar lo vivido como si no hubiera existido.

sábado, febrero 10, 2018

Haz que suceda. No te limites a esperar. Nada llega si no lo buscas. Empuja la puerta. Derríbala si hace falta. No esperes a que la montaña venga a ti. Aparca tus miedos. Olvida todas las excusas. Entierra tus prejuicios. Rompe las normas. Crea las tuyas propias. Inventa un nuevo juego. No te quedes con las ganas. Inténtalo una y otra vez hasta conseguirlo. Llega hasta el final. Recorre todo el camino. Resuelve tus dudas. Es ahora o nunca. Levántate del sillón en el que tan cómodamente te has instalado y ve con todas tus fuerzas a por eso que tanto deseas. Porque te va la vida en ello.

viernes, febrero 09, 2018

No cambiar nunca de opinión demuestra poca inteligencia. Aferrarse a una idea es no asumir el paso del tiempo, tan ingenuo como inútil. Todo cambia, nada permanece, nada es ya lo que era. Tú tampoco, por más que nos engañemos diciendo que estamos igual que hace diez años porque hemos dejado de mirarnos en el espejo. Cambiamos mucho a lo largo de nuestra vida, aprendemos cosas y descubrimos que algunas no eran como pensábamos y eso nos hace ver la realidad desde otro punto de vista. Pero eso no significa que antes estuviéramos equivocados, sino que esa era la forma de pensar de nuestro yo de entonces, ni mejor ni peor, diferente. Porque, por más que nos empeñemos en seguir negando nuestras ideas y sensaciones actuales, ya no somos aquel que pensaba aquello.

jueves, febrero 08, 2018

Llegar a un acuerdo suele ser complicado. Supone sacrificar nuestros deseos para asumir como propios algunos de los ajenos y el resultado que salga de la negociación deberemos asumirlo como algo nuestro y aprender a vivir de un modo diferente al que nos gustaría. Por eso cuesta tanto y suele ser traumático. Porque a veces significa días de nervios y noches sin dormir. Puede hacernos perder el apetito y las ganas de nada. Pero debes de aceptar que es necesario, que casi nunca puedes salirte con la tuya y que vivir significa básicamente renunciar.

miércoles, febrero 07, 2018

Si no hay nada de lo que te arrepientas, tu vida no vale la pena. Porque para ganar hay que arriesgar, si no estás dispuesto a jugar, todo será muy aburrido y nunca alcanzarás la victoria. He hecho muchas cosas mal en mi vida y te anuncio que seguiré haciéndolas, he apostado todo al rojo y salió negro, he gastado lo poco que tenía en empresas que no prosperaron, he invertido mi tiempo y mi esfuerzo en personas que no lo merecían, he fracasado mil veces y me arrepiento de muchas de las decisiones que tomé. Solo espero que mañana no tenga también que arrepentirme de esto.

martes, febrero 06, 2018

Es arriesgado hacerlo así, a pecho descubierto, poniendo mi nombre y apellido debajo de cada entrada. No trato de engañar a nadie. Sé lo mucho que me juego poniendo el corazón en todo lo que escribo, haciendo caso omiso a quienes me aconsejan que sea más precavido, que no muestre mis sentimientos, que me oculte bajo una máscara protectora. Sería más fácil si me escondiera tras el anonimato de un seudónimo o si sencillamente decidiera ser un cobarde que no da nunca la cara. Pero eso no va conmigo, voy de frente y por eso a veces hago y me hacen daño, soy sincero, leal, verdadero, no oculto mis intenciones y pago con gusto mis errores. No sé si eso es lo correcto o no, pero estoy orgulloso de todo lo que he conseguido de ese modo, pues vale mucho más que lo que otros obtienen con engaños.

lunes, febrero 05, 2018

No se trata de hallar culpables, sino soluciones y para ello sería más fácil si intentases comprender los verdaderos motivos que nos condujeron a tomar la decisión equivocada y de la que yo soy la primera víctima. No creo que nadie quiera perjudicarse a sí mismo, por lo que no deberías condenarme tan rápido por mis errores, cuyas consecuencias tan duramente estoy pagando. Por eso no me juzgues, no rechaces mis argumentos y te aferres a tu versión de los hechos que tanto te complace, pues quizás estés viendo solo la mitad del cuadro.

domingo, febrero 04, 2018

Lo que nos salva son los detalles. Fijar la atención en las cosas pequeñas, aparentemente insignificantes, nos distrae de pensar en todos esos asuntos importantes que tando daño nos hacen. El secreto es construir una vida sencilla a base de pequeños gestos cotidianos sin hacernos demasiadas preguntas. No pensar a lo grande, no ponernos metas, no querer nunca más de lo que tenemos, no pretender lo ajeno, dejarnos llevar por las prisas y la confusión del día a día y refugiarnos en ocupaciones banales que tanto consuelo ofrecen. Olvidarnos de lo que realmente nos importa y nos preocupa para centrarnos en lo insustancial. Todo es más sencillo así. Pero no sé si es esa la vida que quiero.

sábado, febrero 03, 2018

Es extraña esta forma de sentir. No comprendo por qué me dejo llevar por espejismos que sé falsos y a pesar de saberlo me lanzo sin red al abismo pensando que esta vez será diferente y siempre acabo tirándome a la piscina vacía desde el trampolín. Cuando apenas me he recuperado de las heridas, enseguida me atrapa el aroma de una promesa embaucadora que no me deja más alternativa que entregarme a ella por completo. Sé que es absurdo, que no debería encapricharme tan rápido, que no puedo dejar que mis sentimientos se desboquen ante el menor resquicio de esperanza, pero no puedo evitarlo. Por eso, incapaz de cambiarla, he dejado de intentar comprender esta extraña forma de sentir mía.

viernes, febrero 02, 2018

Un terremoto en Japón apenas produce daños materiales. Un terremoto de similar intensidad en Haití provoca cientos de muertos e innumerables destrucciones. Hay que estar preparado para cuando el suelo empiece a temblar, para evitar así que todo se venga abajo sin remedio al primer envite, para ello es necesario fijar unos cimientos sólidos a prueba de cualquier seísmo. Las relaciones que no están bien asentadas son fáciles de derrumbar, no soportan el menor contratiempo, y en ello no influye ni siquiera la antigüedad ni los supuestos intereses comunes, pues hay edificios nuevos de aspecto humilde que están firmemente construidos y otros antiguos y lujosos, en apariencia resistentes, que se desploman ante cualquier problema. Por eso me empeño en asentar aquellas relaciones personales que de verdad me importan sobre firmes cimientos que hagan que nada las pueda derribar, por más temblores que las sacudan.

jueves, febrero 01, 2018

No insistas, es fácil atacarme. Créeme, soy todo un experto. Tengo mil defectos que no trato de disimular. Me equivoco muchísmo más de lo que acierto. No tengo grandes virtudes dignas de elogio. Ni siquiera pretendo defenderme de las acusaciones, pues suelo compartir su opinión. A veces me avergüenzo de mí mismo. Soy ruin, envidioso, vago y pretencioso. No poseo cualidades destacadas que me hagan diferente de la inmensa mayoría. No tengo nada que me distinga. No soy especial. Soy tan vulgar y mezquino como tú mismo.