domingo, noviembre 16, 2025

El problema es que no me pasa nada. No tengo motivos para quejarme, no hay nada que me preocupe en exceso, tengo salud, dinero y amor y sin embargo, no estoy satisfecho. Ojalá poder decir Me pasa esto, me falta aquello, me duele aquí o tengo miedo. Encontrar un motivo por el que luchar, un enemigo a quien vencer, alguien a quien echar la culpa de todo, una causa por la que estar vivo, algo que me sorprenda y me descoloque, que desbarate todos mis planes y me complique la vida. Pero no, solo hay calma, rutina e indiferencia. Todo me da igual. Me siento un impostor cuya pena no tiene justificación y a nadie le importa. Siento que la vida no es esto, sino que debe haber algo más, más intenso, más vibrante, más pleno, como si me hubieran arrebatado algo que me pertenece, como si me supiera a poco. Y mientras tanto, miro la vida pasar sin hacer nada, atrapado en los días idénticos de los que no sé cómo escapar, cansado de ser yo, sin saber muy bien por qué. Ojalá tener un motivo para esta tristeza.