sábado, septiembre 28, 2002

Las pequeñas tareas cotidianas se hacen difíciles para quien ha perdido la memoria.
Ya no recuerdo cómo cocinar, cuánto detergente poner en la lavadora o cómo conducir el coche.
Así la comida me sale intragable, la ropa nunca queda bien y he renunciado siquiera a intentar arrancar el coche.
Necesitaría alguien a mi lado que me enseñara a hacer todo lo que he olvidado.
Te necesito a ti que no sé quién eres.
Quién no necesita a alguien a su lado aunque no haya olvidado el pasado.
Quién no se siente a veces sólo y perdido sin saber qué hacer ni adónde ir, como si todo le resultara desconocido.
En eso no me diferencio mucho de ti.
Tú y yo somos dos seres perdidos vagando sin rumbo en un mundo extraño sin saber quiénes somos.

No hay comentarios: