domingo, octubre 27, 2002

Cuando lo había perdido todo te encontré a ti.
Y ahora no concibo una vida anterior en la que tú no estuvieras.
Prefiero creer que no existió un antes.
No quiero haber vivido en un mundo en el que no te conociera.
Gracias por haberme dado sentido.



Alguno lee esto preguntándose (o incluso preguntándome) cómo acabará todo, si encontraré mi pasado, si recuperaré la memoria algún día o todo desaparecerá en el olvido. Sólo puedo contestarles que no sé más que ellos y que yo deseo aún más saber lo que deparará el futuro, digo, el pasado.
Pero sí tengo claro que al final, da igual si antes o después, todo terminará desapareciendo en el olvido. No soy diferente en eso. Y eso le resta importancia a lo que ocurra.
Una frase leída en algún sitio:
“Acumulamos recuerdos para sentirnos menos solos en el momento de la muerte”, debe ser por eso que me siento el ser más solitario del mundo y, al pensarlo después fríamente, confirmo que tengo razón. Demasiadas opiniones en un mismo sentido para estar todas equivocadas.

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