A veces es sólo una palabra. A veces ni eso. Un gesto, una imagen esquiva, algo que llama mi atención y me llena de recuerdos. Y me acuerdo de cosas que no desearía, de personas que se fueron, de momentos que no volverán... Y a veces alguien dice tu nombre y me giro como si tras él llegaras tú, pero no te encuentro, aunque eso no me pone triste, porque te has convertido sólo en un recuerdo, en una imagen pobre y disminuida de ti misma que no se hace difícil olvidar.
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