viernes, diciembre 22, 2017

En silencio, con el triste ruido que hacen dos cuerpos desnudos al encontrarse, nos besamos torpemente fingiendo habernos elegido, inseguros en nuestras ganas como actores sin argumento que improvisan alguna obra olvidada. Puede que no recuerde tu nombre pero mis manos conocen tus formas que surcan como un territorio explorado y el tacto de tu piel sedienta donde mis sentidos descubrieron la gloria contagiándome de impureza y saciaron todas mis ansias para descifrar tus incógnitas, cuando creía que para conocerte bastaba estudiar la geometría de tu cuerpo, calcular el área de cada miembro, la proporción exacta del deseo, las coordenadas precisas para hallarte. Y ahora nos dejamos caer, reincidentes del deseo, en el vértigo de las sensaciones como fieras desbocadas luchando sin memoria para habitar el vacío que nos separa sin pensar si alguna vez fuimos o pudimos haber sido, para que el recuerdo no traicione estos gestos destinados a la nada, haciendo el amor a vida o muerte para consumirnos sin huella como si nunca hubiésemos sucedido.


1 comentario:

Anónimo dijo...

....conociendo vuestro cuerpos, vuestras formas, saciandolas, saciandote..¿acaso olvidamos que eso solo implica pulir un envoltorio???