viernes, enero 19, 2018

Antes de que digas nada, escúchame una cosa. No he venido hasta aquí a entregar las armas, a rendirme sin ni siquiera haber peleado, a aceptar la derrota sin merecerla. Estoy dispuesto a enfrentarme a mis mayores miedos, extinguir los monstruos que aún me quedan. Por eso, no me pidas que abandone, que renuncie a mis sueños, que desaparezca de tu vida como si nunca hubiera pasado por ella. Porque nada de eso conseguirá cambiar lo que siento y siendo así, no me queda más remedio que seguir luchando por lo que deseo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Una vez más, no soy yo, tengo la certeza de que no lo soy, que pena me doy, y sigo estando, aunque no sé cuánto tardaré en marcharme....