viernes, enero 12, 2018

Hay cosas que no pueden reconstruirse cuando se rompen. Por más que nos esforcemos y pretendamos no ver los defectos, será imposible disimular todas las grietas que ni siquiera el tiempo podrá arreglar. No conseguiremos volver atrás como si no hubiera pasado nada. En todo caso ya no será igual. Cada vez que lo miremos, nos recordará aquello que lo destruyó y despertará nuestra desconfianza. Todo el mundo se fijará en las cicatrices que intentamos ocultar. Por más horas que pasemos pegando los minúsculos fragmentos, volverá a resquebrajarse y estallará en mil pedazos. Por eso hay que tener mucho cuidado antes de dejar caer aquello que nos importa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y no es mejor pensar que si nos hemos preocupado pegando esos trozos es porque nos importa de verdad, y que con el nuevo "pegamento" se hará más fuerte? Hay que ser optimista y estar dispuesto a unir, aunque se note.

Anónimo dijo...

¿Y no es mejor pensar que si nos hemos preocupado pegando esos trozos es porque nos importa de verdad, y que con el nuevo "pegamento" se hará más fuerte? Hay que ser optimista y estar dispuesto a unir, aunque se note.