lunes, febrero 12, 2018

Asumo mis errores e intento rectificarlos. Entiendo que el perdón a veces es difícil de obtener y estoy dispuesto a cumplir la penitencia que se me imponga. Pero el silencio es una penitencia injusta, un castigo tajante que excluye la redención. No hay nada que hacer, solo esperar a que algún día se rompa y no puedes acelerar la llegada de ese momento. Pero yo soy incapaz de acogerme a la espera pasiva, a esta insoportable sucesión de horas iguales en las que nunca se avista la meta. Prefiero pagar con todo mi esfuerzo antes que quedarme sentado esperando que sucedan cosas que no dependen de mí sin saber si algún día llegarán.

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