miércoles, febrero 28, 2018

Me gusta cuando me mientes y los dos lo sabemos. Me gusta cuando callas ante mis preguntas y conozco la respuesta y tú sabes que la sé, pero evitas así ser presa de tus palabras. Porque entre nosotros hay muchas cosas que no necesitan ser dichas en voz alta, incluso, que no debemos decir jamas y somos conscientes de ello. Porque las palabras pueden hacernos daño y no hace falta ponerle nombre a las cosas para saber que existen. Por eso, sigue fingiendo tan mal para obligarme a desconfiar de tus mentiras.

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